Apreciado Presidente de la República de Colombia, Iván Duque, me dirijo a Usted de nuevo con el mayor de los respetos.
Soy un ciudadano venezolano que vino a Colombia a reconstruir su vida, al tener que abandonar la tierra que vio nacer y en la cual, a mi parecer, ya era imposible vivir, o inclusive, sobrevivir. Mi esposa es colombiana y mis hijos colombianos también.
Soy activista político desde 1998, año en el que Hugo Chávez fue tristemente elegido Presidente de Venezuela. Hice campaña en su contra antes de ser elegido y después de ser elegido. Hice oposición a su gobierno y a la tiranía de Maduro también.
He apoyado su gestión política en lo particular, en todo, con sus bemoles, pues entiendo que como humano también se equivoca, sin embargo, hoy me motivo a escribirle de nuevo, pues considero que hay un problema en la forma como se está manejando a los menores de 18 años y a los no vacunados.
Estoy vacunado, tengo dos dosis de Pfizer puestas en Colombia. De hecho apoyé abiertamente el proceso de desarrollo de estas y de su aplicación en adultos. Sin embargo, no apoyo la colocación obligatoria para adultos de estas vacunas, que Usted y yo sabemos están en fase experimental, y tanto es así, que para poderme vacunar tuve que firmar un documento en el cual se exonera a la farmacéutica, al gobierno y a la empresa mediante la cual se me colocó la vacuna de cualquier efecto ante la colocación de la misma.
Ofender a quienes no están de acuerdo en vacunarse, pues tienen sus reservas ante estos productos, no favorece la campaña de vacunación impecablemente desarrollada por su gobierno. Entrar en la fase de obligatoriedad, imposición, limitación y persecución de los no vacunados, sometiendo a estos a una especie de Apartheid Global, es una violación de Leyes, Tratados y de los Derechos Humanos. Si la Justicia Colombiana se pronuncia o no al respecto, es otra cosa. Allá ellos.
Le escribo, con todo respeto también acerca de la vacunación de menores de 18 años, en especial de los menores de 12 años. Los menores de 18 no están en población de riesgo, y las estadísticas lo afirman. La colocación de esta vacuna en fase experimental a nuestros niños, puede afectar significativamente las etapas de desarrollo y crecimiento de estos, generando consecuencias imprevisibles en esta población.
Le pido como Padre de Familia, que Usted también es, que reflexione acerca de la posición de su gobierno acerca de los No Vacunados y los menores de 18. Rompa como Primer Mandatario la tendencia a execrarlos, a impedirles su libre circulación y el derecho que tienen a hacer sus vidas normales. Y sobre todo con respecto a los niños, suspenda la aplicación de las vacunas en menores de 18, no hacen falta, no son población de riego para este virus.
Las estadistas le dicen que el avance del virus ha mermado, la información que obtiene de los hospitales y centros de salud, le dicen que la batalla contra el virus se ganó. Es cuestión de tiempo. Manteniendo algunas previsiones, Dios Mediante, antes de finalizar el año que acaba de comenzar, ese virus será historia, como el de la Gripe Española a principios del Siglo XX.
Entiendo, que políticamente hay intereses que presionan para atender estas campañas como se están atendiendo. La política tiene que ver con los intereses, no siempre a la vista. Pero asumir actitudes impositivas en situaciones como estas, poco ayudarán a su Gobierno, en un año tan convulso para Colombia como este 2022.
Puede que nos ayude más la normalización de nuestras vidas, el regresar a nuestra verdadera normalidad, que no es la misma del ciudadano europeo, del africano o del norte americano.
La Globalización puede ser una realidad en desarrollo, pero en Colombia, por el interés de los Colombianos, debería ponérsele un freno.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista Político venezolano en el exilio.
Barranquilla, siendo las 16:03 de un domingo 9 de enero de 2022.
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