El pasado domingo, la alegría de los zulianos que sufrieron la tiranía de delincuente de Omar Prieto se hizo evidente, hasta el punto que muchos llamaron al silencio a los que no sufrieron durante ese periodo. Bueno, su llamada al silencio es una forma de falta de amor propio digna de la fémina que sale en defensa del marido que la golpea, mientras este es escarmentado por un tercero.
Me explico. El nuevo usurpador del Palacio de los Cóndores, pues los únicos que reconocen el fraude electoral del 21 de noviembre de 2021 son los que algo ganaron con este, ha sido un aliado fundamental del chavismo desde que este se impuso por la ignorancia de nuestro pueblo y por la conjura de los náufragos.
Me sigo explicando. Es imposible que un ser tan despreciable como Omar Prieto hubiese podido llegar a ocupar el cargo que usurpó, si desde los factores supuestamente opuestos a sus intereses, no se hubiesen cometido tantos errores.
Poco hay que decir con respecto al asunto de la elección de Juan Pablo Guanipa a la Gobernación, pues mucho se le dijo que no participara, pues no estaban dadas las condiciones, que sí importan, y al final, después de una campaña y unos resultados, fue el Tirano Maduro y su asamblea de pacotilla, quienes decidieron desconocer los resultados, para cercenar las aspiraciones del electo Gobernador, que no supo siquiera defender sus resultados. Típico de la gente de Primero Justicia.
La desconfianza en el sistema electoral impuesto por un CNE oscuro, y la traición del G4 de la MUD en julio-agosto de 2017 motivaron el descenso de la participación ciudadana en procesos de protesta o electoreros. Esa fue la madre de la candidatura de Prieto, la desconfianza.
Omar Prieto es consecuencia de la pugna del Poder dentro del chavismo, que dejó a Arias Cárdenas sin su instrumento de corrupción. Y Arias Cárdenas llegó al Poder en el Palacio de los Cóndores, producto de la arrogancia y los errores de los factores supuestamente opuestos a este, que no supieron imponerse ante el sistema fraudulento con el que se sentían cómodos, instaurado por ese CNE oscuro.
Antes de Arias Cárdenas, el Palacio de los Cóndores fue ocupado por un miembro de UNT, de quien no se conocen obras durante su gestión, pero si muchos amigos que disfrutaron del presupuesto. Un Gobernador de quien poco bueno se habló o habla, elegido con el portaviones de la Unidad.
Y ya habiendo ubicado en el tiempo requerido, hablar de los ocho años de gobierno de Manuel Rosales, y su guabineo y su eterno coqueteo con el chavismo, fueron los que al final, motivaron la existencia de un Prieto.
Prieto políticamente no es hijo de Chávez. Su verdadero padre es Manuel Rosales, quien con su realpolitik ($$$), sus errores de cálculo, sus encuestas para todo y su miedo a ejercer un verdadero liderazgo, que terminó transformándolo en un peón necesario del chavismo, dejaron un espacio ideal para la transformación de un delincuente común como Prieto, en un adalid político del chavismo, quienes por hastío al final decidieron quitarle su apoyo, y ceder ese espacio a alguien con quien siempre se ha entendido de buenas maneras.
Tratar de endulzar estas palabras hablando de la gestión de Rosales es absurdo. Con el presupuesto que usó Rosales en sus gobiernos en Maracaibo y el Zulia, mucho más se hubiese podido hacer. Pero Rosales siempre temeroso al chavismo, decidió medir cada uno de sus actos para no erosionar su imagen pública y su percepción ante el chavismo, la gente y sus aliados foráneos. Los aliados dentro del Zulia a Rosales nunca le han importado. A quien no ha podido comprar, lo execra.
Pueden celebrar lo que quieran los zulianos que todavía sobreviven en lo que queda del Zulia. Lo que hoy sucede en Venezuela (y el Zulia sigue siendo parte de Venezuela) no hubiese sido posible sin Rosales. Chávez supo elegir a sus “opositores”, y estos todavía influyen en los destinos de millones, mientras se lucran inmensamente con nuestro sufrimiento.
¡EN DIOS CONFÍO!
Alexander Acosta Guerra
Activista Político Venezolano en el Exilio
Barranquilla, 25 de noviembre de 2021, siendo las 07:45
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