A la luz de una vela, rememorando la fiesta de las luces Judía, el Januka, y con un sueño huido, me siento a ordenar ideas y a observar con detenimiento sobre un tema que me ha absorbido en los últimos meses, La Maldad Absoluta.
Hurgar en esos espacios no ha sido fácil. Observar la maldad, sus evidencias, sus destrozos, deja huellas, deja marcas, pero mi necesidad de entenderla busca propiciar un razonamiento que me permita ayudar a contenerla. No puedo hacerlo solo, pero sin estar preparado, sin entender a qué enfrento, tampoco.
La peor batalla es la que debemos enfrentar sin estar preparados.
Cómo definir a la Maldad Absoluta sin darle un nombre, pues tiene muchos. Cómo identificarla, cómo entenderla, y por encima de todos los "Cómo", cómo contenerla, evitar su avance y el inmenso dolor que deja a su paso.
Veo en la noticias recientes de mi país, que cuatro niños se perdieron mientras salían a buscar con su mamá y su hermano mayor leña, leña en pleno siglo XXI. Hoy (29 de noviembre) uno de los pequeños, el menor de todos, un inocente de un añito fue ubicado, muerto y en estado de descomposición. Un niño víctima de esa Maldad Absoluta que convirtió a un emporio energético como lo era mi ex país, Venezuela, en un gulag post moderno, en el que los individuos, suprimidos de toda condición humana deben resolver como en la época de las cavernas sus necesidades básicas saliendo al bosque.
Ese bebé es victima de esa Maldad Absoluta, que propició en su entorno la pobreza en al que él nació y en la que murió. Todo, absolutamente todo lo que ha sufrido mi pueblo ha sido hecho con premeditación, con una fría y pasmante maldad inherente.
En este caso esa Maldad Absoluta tiene muchos nombres, Maduro, Borges, Ramos Allup, Rosales, Raúl Castro, Diaz Canell, Tarek El Salami, Angola, López, Guiado, entre muchos otros, incluyendo el apellido maldito, Chavez, pues ellos fueron los causantes de nuestra extrema pobreza y nuestra desgracia.
Muchos no pueden entender al Mal Absoluto, pues por debilidad prefieren negarlo; otros no pueden detectar el Mal Absoluto, pues sus ojos están entrenados para no reconocerlo. La mayoría desea solo vivir su vida, sin entender que el Mal Absoluto no descansa, no tiene límites, no reconocen fronteras y carece de aprecio alguno por nuestra condición humana.
Lo que hoy sucede en el mundo, con una pandemia del virus Chino que ha justificado encierros, persecuciones, violaciones de Derechos Humanos y discriminación, nos afirma que ante el avance de la Maldad Absoluta, no solo vale rezar, es necesario actuar.
Actuar de manera valiente, pero no estúpida. Primero, debemos reconocer que esa Maldad Absoluta persigue nuestra alma como trofeo. Y aunque muchos no crean en el Alma Humana como una realidad intrínseca a cada uno de nosotros, esa Maldad Absoluta si creen en la capacidad para someternos, confundirnos, dividirnos, destruirnos.
Son tiempos confusos en los que nos toca enfrentar, aunque no queramos, querellas contra adversarios que siendo utilizados por intereses y Poderes ocultos, suprimen nuestras recientes Libertades y nos someten a controles impensables en Tiempos Modernos.
La batalla por el rescate de nuestra cultura Occidental, de nuestras libertades, de nuestros destinos, se está dando, aunque nosotros no participemos. Nuestro enemigo, pues así debemos entenderlo, quiere someternos a un control férreo y absoluto. Quiere imponernos que comer, que vestir, que leer, en que creer. Poco falta para que nuestras iglesias, hoy cerradas, algo nunca pensado, sean convertidas en puntos de control de ese Poder, y usando un Virus de Fabricación China, terminen siendo puntos de vacunación en masa, o centros de reclusión de No-Vacunados.
La Maldad Absoluta se hace evidente, cuando en medio de una campaña para la erradicación del hambre, quienes participan en la campaña consumen el 90% de los fondos en cosas inútiles, en su propia banalidad o alimentando su ego, brindando con Chardonay y Whisky con 25 años de maduración, comiendo Salmón y Langosta, mientras a quienes dicen tratar de salvar, comen lentejas y arroz partido.
Durante el siglo XIX y XX, muchos escritores liberados de las ataduras que les representaban los dogmas de fe impuestos, empezaron a explorar temas que habían sido prohibidos. Hurgando en la oscuridad, en las inmundicias de algunas almas humanas, describieron una parte de la existencia vedada a las mayorías, pero en esa exploración, ante sus dudas y sus debilidades, terminaron sucumbiendo, y esa Maldad presente y existente, terminó sometiéndolos a sus intereses.
La temática de estos escritores, Lovecraft por ejemplo, radica en la búsqueda permanente de un algo oscuro que hurga en su mente, y que él expone con crueldad y crudeza. Sus temas son tan oscuros que algunos de sus relatos denotan algún tipo de patología psiquiátrica presente en su autor, pero lo peor es que relatan sucesos solo imaginables para alguien que haya estado en las inmediaciones del averno. Sus relatos son horribles. Al leer a Lovecraft, el miedo por la forma aterradora con la que hilvana, es vivo y presente, y la Maldad inherente es casi palpable.
Nietzsche con su negación permanente a la existencia de Dios, y su ferviente odio a la Iglesia Cristiana, está presente en nuestra cultura, como una semilla sembrada hace tiempo que ha permitido crecer un árbol sin hojas, que solo da sombras y que de ellas se alimenta. Sus diálogos son algunos muy profundos, pero denotan ese odio contra nuestras creencias y nuestra cultura. Y en esa profundidad, son proclives al desarrollo de esa Maldad Absoluta.
Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo.
Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti.
Friedrich Nietzsche
La cultura moderna, a través de la radio, pero sobre todo la televisión, ha ido permeando en las masas, algunos conceptos que acercan al individuo a la orilla de ese abismo del que habla Nietzsche. Lo han sabido mimetizar, pero esos conceptos están presentes en los tiempos modernos. Los han edulcorado tanto, que nuestras creencias sobre el mal, han cambiado. Y lo que considerábamos inaceptable hace veinte, treinta, cuarenta o cincuenta años, es hoy un tema banal tratado en cualquier programa de Tv en boga.
Ese proceso de reconstrucción de nuestras creencias, ha sido desarrollado increíblemente frente a nuestros ojos. Ha sido gradual y pausado.
La fascinación por lo oscuro, por las perversiones humanas, por la crueldad como forma de expresión, han sido mostradas a varias generaciones de maneras sutiles por mucho tiempo, aunque en los últimos tiempos, las sutilezas fueron dejadas de lado, y la brutalidad de esas expresiones ha sido mostrada, a un público, a una masa, previamente preparada.
La guerra como una necesidad de control ante la hegemonía de algunos poderes, el hambre como una realidad perenne en algunos sitios, África completa por ejemplo, la pobreza como un castigo ante la falta de preparación, de educación, bien merecida según algunos eruditos modernos, son tres fenómenos presentes en nuestra sociedad que han sido manipulados y masificados, para ser permeados y justificados ante el altar vano de nuestras dormidas conciencias.
Hace setenta y seis años, la máxima expresión de la Maldad Absoluta la representaban los Campos de Concentración Nazis. Mas de Seis Millones de Vidas Humanas fueron extinguidas en sus cámaras de gas y en sus espacios. Hoy, con una creación en un Laboratorio de Wuhan, el Virus Chino, los comunistas y los globalistas se anotan más de cinco millones de vidas humanas extinguidas en el transcurso de año y medio.
Los Nazis desarrollaron su campaña de exterminio de la población Judía de Europa en el transcurso de nueve años, desde 1936, que comenzó la persecución, hasta abril de 1945. La Solución Final al problema Judío fue el nombre que terminaron por darle al genocidio por ellos llevado a cabo.
Los Chinos con su Virus optimizaron tiempos y eficiencia, y lo hicieron global. Más de cinco millones de seres humanos eliminados con una arma biológica en año y medio. Y ningún gobierno los ha acusado, lo que denota complicidad.
Ahora, sumemos el Virus Chino, los gobiernos despóticos que conocemos como el de Venezuela, las regiones invadidas por el hambre, toda África y gran parte de Asia y América del Sur, la regiones en conflicto, Medio Oriente todo, los nuevos controles, el pasaporte verde, las limitaciones para viajar, los lockdowns impuestos, y tratemos de unirlo todo, pues es un solo mundo. En el fondo de todo esto, hay cierta inteligencia que deja ver su presencia, que se alimenta del sufrimiento humano, que medra, que repta, en los espacios de Poder, que desea imponer este escenario en progreso como una realidad siempre presente, en la que como seres humanos, ya no tendremos derechos ni libertades, y administrados como masas, dejaremos de ser individuos, para convertirnos en simples instrumentos, que podrán ser reemplazados por una herramienta o una máquina, o ser usados como abono.
La Maldad Absoluta presente en este escenario, creado y administrado por seres humanos, no es humana. Tiene muchos nombres y ha estado presente durante toda nuestra existencia en este mundo.
Ante esa Maldad Absoluta, solo nuestra fe en Dios, nuestra conciencia como guía, y nuestro accionar conjunto como Raza Humana, podrán detener su avance. El costo será muy alto, tienen más de 100 años preparándose para este momento, pero el precio por no hacer nada será mucho mayor.
Obligar a todos los seres humanos a vacunarse, con un compuesto experimental que no sabemos que hace, y discriminar a quienes no quieren vacunarse, pues no saben lo que les están poniendo, es una forma de expresión de esa Maldad que hoy rige los destinos del mundo, pero al propiciar la vacunación de los menores de 18 años, incluso los infantes, los niños pequeños, es una forma de expresión de esa Maldad Absoluta. Los niños no están en población de riesgo, y los procesos de vacunación para ellos pueden ser suspendidos hasta determinar las consecuencias del coctel experimental, pero los genetistas modernos necesitan usar a nuestros hijos como Conejillos de India, para detectar en específico esas variaciones.
Estos genetistas modernos son todos de la escuela de Mengele.
No por nada la conjunción de personalidades signadas por la Maldad Absoluta han confluido en este momento... Xi Jinping, Maduro, los Biden, los Clinton, los Kinchner, los Castro, Borrell, Sánchez de España, Macron, Bergoglio, los Ortega, todos los dictadores africanos, George Soros, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Zapatero, Ursula Von Der Leyen (pongan el ojo en este personaje), y algunos que no recuerdo o no conozco. Todos ellos en conjunto están construyendo una inmensa Cárcel Global con el arma de Xi como excusa, y hasta el momento les ha funcionado.
Creo que esta carnicería va a llegar a su fin en algún momento, lo que nos sucede no es casual y que sus autores terminarán en patíbulos o cárceles, o incluso en viejos castillos preparando nuevas luchas por el Poder. Mientras eso sucede, sigo afirmando con fe y determinación,
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista Político Venezolano en el Exilio
Barranquilla, 29 de noviembre de 2021, siendo las 3:10 am
Revisado el 5 de diciembre de 2021, siendo las 2:21 pm
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