Dedicado a nuestros Presos Políticos Venezolanos,
quienes con su
dignidad alumbran el camino de la Libertad,
en la inmundicia de
las mazmorras del Tirano de turno.
Cada
amanecer es igual al otro, excepto durante las requisas, en las que los
guardias se empeñan en revisar cada centímetro cuadrado de la celda para poder
conseguir cualquier cosa de valor. Creen que podrán conseguir un Kalashnikov
cargado, pero para nosotros los presos sin causas reales, para los Presos
Políticos, es de valor una foto de la familia, un libro que leer, una
servilleta con el beso marcado de tu esposa, eso es lo que el carcelero
miserable conseguirá. Con ello tendrá como chantajearte y humillarte.
Toda
Dictadura, toda Tiranía tiene como evidencia los trofeos del valor de sus
pueblos en ofrecerles resistencia a sus desmanes y atropellos. Ellos se empeñan
en identificarlos de mil maneras. El mundo entero los conoce por lo que son, “Presos Políticos”.
Desde
el 11 de abril de 2002, el Gran Traidor entendió que no sería fácil contener al
pueblo que heredó las aspiraciones libertarias de Simón Bolívar, y decidió,
buscando excusas y argumentaciones falsas, avaladas por jueces inmundos y
fiscales miserables, someter a causas ridículas a ciudadanos o militares que decidieran
enfrentarlos sin miedo.
Es la ausencia del
Miedo al Tirano
lo que identifica
en su esencia a un Preso Político.
Esa ausencia es lo que
lo convierte en peligro
para el cobarde que
ordena su detención.
Cada
protesta, cada marcha, cada reclamo viene acompañado en su extensión de decenas
de detenidos y algunos asesinados. A los detenidos se les busca cualquier
excusa para someterlos al escarnio de un sistema judicial inmundo y politizado,
dirigido por delincuentes comunistas.
Cada Preso
Político, desde su celda, genera un halo de dignidad y coraje que hace temblar
al Tirano.
Son
más de dos décadas luchando contra la tiranía impuesta desde aquel fatídico 2
de febrero de 1999, en la que con un juramento espurio, el Gran Traidor entregó
nuestra nación a los cubanos.
Desde
aquel entonces hasta hoy, cientos de miles han sido detenidos por protestar,
algunos solo por apoyar a los que protestan, otros por opinar. No todos
quedaron tras las rejas. Algunos fueron liberados con la marca de la Bestia en
sus vidas, otros obligados a presentarse ante un sistema de justicia miserable,
y algunos centenares has sido designados para ser sometidos en medio de la
lucha por la Libertad, a perder esa Libertad por la que lucharon.
De ellos es de
quienes hablamos, de los Presos Políticos,
de los Presos por
la Dignidad.
Imaginen
una mañana cualquiera salir de tu casa para continuar con la causa, con la
lucha. Luego o durante la protesta, un misero ser de verde te lanza en una lata
verde, para ser procesado ante el nauseabundo aparataje falsamente judicial. Tu
lucha es por la Libertad, tuya y la de los otros.
Al
final del día, humillado, sudado, sucio, golpeado, te encuentras encerrado en
cualquier mazmorra, sin poder hablar o abrazar a tus seres queridos. Tu no lo
sabes, pues la gente decente que lucha por causas justas, no está acostumbrada
a ese trato. No sabes cuándo terminará, solo sabes que comenzó una mañana
cualquiera.
Un
funcionario del chavismo fija como centro de detención un basurero de los
tantos que hay en Venezuela, y luego de cientos de maltratos, te montan en otra
lata verde, mezclado con criminales comunes, con ladrones y asesinos, para
compartir por tiempo indefinido tu existencia en medio de un infierno habitual.
No
hay forma decente de describir las humillaciones. Para moverte de un sitio a
otro te ordenan desnudarte, frente a decenas de funcionarios rojos, que revisan
hasta tus interiores. Luego te ordenan vestirte y te forman en fila, con
delincuentes comunes.
Es
extremadamente complejo resumir las emociones y experiencias de un Preso
Político en un basurero cualquiera de esos a los que llaman cárceles. Un tomo
de mil páginas no bastaría. Son emociones fuertes, son humillaciones
cotidianas, es sufrimiento apagado ante la necesidad de sobrevivir en un medio extremadamente
hostil.
A
quienes hoy sufren la prisión por orden del Tirano de turno, a nuestros Presos
Políticos, quiero extenderles un abrazo infinito en esta larga distancia; su
sufrimiento, su dolor, su aislamiento es parte de nuestra realidad. En nuestras
oraciones están pendientes, en nuestro diario acontecer son parte de nuestros
días. Llegará el día en que podamos conseguirnos en las calles, Libres todos de
la Tiranía de Turno.
Un
abrazo en la distancia, pues aunque sé que el atardecer en el silencio de la
nada es su condición, la Luz de la Libertad vendrá de nuestra mano a tirar las
cadenas que los someten, más pronto que tarde.
Honor
a quien Honor se merece.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista
No Violento, Miembro de Sociedad en Acción, Ofensiva Ciudadana (OC),
Alianza
Bravo Pueblo Zulia (ABP-Zulia) y Movimiento 99% - En el exilio
Barranquilla
30 de mayo de 2020
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