sábado, 30 de mayo de 2020

EL ATARDECER EN EL SILENCIO DE LA NADA


Dr. Marulanda - Preso Político Venezolano

Dedicado a nuestros Presos Políticos Venezolanos,
quienes con su dignidad alumbran el camino de la Libertad,
en la inmundicia de las mazmorras del Tirano de turno.


Cada amanecer es igual al otro, excepto durante las requisas, en las que los guardias se empeñan en revisar cada centímetro cuadrado de la celda para poder conseguir cualquier cosa de valor. Creen que podrán conseguir un Kalashnikov cargado, pero para nosotros los presos sin causas reales, para los Presos Políticos, es de valor una foto de la familia, un libro que leer, una servilleta con el beso marcado de tu esposa, eso es lo que el carcelero miserable conseguirá. Con ello tendrá como chantajearte y humillarte.


Toda Dictadura, toda Tiranía tiene como evidencia los trofeos del valor de sus pueblos en ofrecerles resistencia a sus desmanes y atropellos. Ellos se empeñan en identificarlos de mil maneras. El mundo entero los conoce por lo que son, “Presos Políticos”.

Desde el 11 de abril de 2002, el Gran Traidor entendió que no sería fácil contener al pueblo que heredó las aspiraciones libertarias de Simón Bolívar, y decidió, buscando excusas y argumentaciones falsas, avaladas por jueces inmundos y fiscales miserables, someter a causas ridículas a ciudadanos o militares que decidieran enfrentarlos sin miedo.


Es la ausencia del Miedo al Tirano
lo que identifica en su esencia a un Preso Político.
Esa ausencia es lo que lo convierte en peligro
para el cobarde que ordena su detención.


Cada protesta, cada marcha, cada reclamo viene acompañado en su extensión de decenas de detenidos y algunos asesinados. A los detenidos se les busca cualquier excusa para someterlos al escarnio de un sistema judicial inmundo y politizado, dirigido por delincuentes comunistas.

Cada Preso Político, desde su celda, genera un halo de dignidad y coraje que hace temblar al Tirano.

Son más de dos décadas luchando contra la tiranía impuesta desde aquel fatídico 2 de febrero de 1999, en la que con un juramento espurio, el Gran Traidor entregó nuestra nación a los cubanos.

Desde aquel entonces hasta hoy, cientos de miles han sido detenidos por protestar, algunos solo por apoyar a los que protestan, otros por opinar. No todos quedaron tras las rejas. Algunos fueron liberados con la marca de la Bestia en sus vidas, otros obligados a presentarse ante un sistema de justicia miserable, y algunos centenares has sido designados para ser sometidos en medio de la lucha por la Libertad, a perder esa Libertad por la que lucharon.

De ellos es de quienes hablamos, de los Presos Políticos,
de los Presos por la Dignidad.

Imaginen una mañana cualquiera salir de tu casa para continuar con la causa, con la lucha. Luego o durante la protesta, un misero ser de verde te lanza en una lata verde, para ser procesado ante el nauseabundo aparataje falsamente judicial. Tu lucha es por la Libertad, tuya y la de los otros.

Al final del día, humillado, sudado, sucio, golpeado, te encuentras encerrado en cualquier mazmorra, sin poder hablar o abrazar a tus seres queridos. Tu no lo sabes, pues la gente decente que lucha por causas justas, no está acostumbrada a ese trato. No sabes cuándo terminará, solo sabes que comenzó una mañana cualquiera.

Un funcionario del chavismo fija como centro de detención un basurero de los tantos que hay en Venezuela, y luego de cientos de maltratos, te montan en otra lata verde, mezclado con criminales comunes, con ladrones y asesinos, para compartir por tiempo indefinido tu existencia en medio de un infierno habitual.

No hay forma decente de describir las humillaciones. Para moverte de un sitio a otro te ordenan desnudarte, frente a decenas de funcionarios rojos, que revisan hasta tus interiores. Luego te ordenan vestirte y te forman en fila, con delincuentes comunes.


Es extremadamente complejo resumir las emociones y experiencias de un Preso Político en un basurero cualquiera de esos a los que llaman cárceles. Un tomo de mil páginas no bastaría. Son emociones fuertes, son humillaciones cotidianas, es sufrimiento apagado ante la necesidad de sobrevivir en un medio extremadamente hostil.


A quienes hoy sufren la prisión por orden del Tirano de turno, a nuestros Presos Políticos, quiero extenderles un abrazo infinito en esta larga distancia; su sufrimiento, su dolor, su aislamiento es parte de nuestra realidad. En nuestras oraciones están pendientes, en nuestro diario acontecer son parte de nuestros días. Llegará el día en que podamos conseguirnos en las calles, Libres todos de la Tiranía de Turno.

Un abrazo en la distancia, pues aunque sé que el atardecer en el silencio de la nada es su condición, la Luz de la Libertad vendrá de nuestra mano a tirar las cadenas que los someten, más pronto que tarde.

Honor a quien Honor se merece.


¡En Dios Confío!

Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento, Miembro de Sociedad en Acción, Ofensiva Ciudadana (OC),
Alianza Bravo Pueblo Zulia (ABP-Zulia) y Movimiento 99% - En el exilio 
Barranquilla 30 de mayo de 2020

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