La
naturaleza criminal de los socialistas venezolanos no me es extraña. Desde
joven sentí una inmensa curiosidad sobre el tema de la Alemania Nazi (Nacional
Socialismo), ese oscuro periodo entre 1923 y 1945 en el que todos los seres oscuros
del mundo se congregaron en un pequeño espacio de Europa.
Esa
naturaleza criminal de los socialistas me hizo identificar con prontitud al
genocida de Hugo Chávez en 1995 como una amenaza creíble. Me opuse como simple
ciudadano a su libertad, a su candidatura y a su elección.
Una gota no hace un
Océano.
Desde
hace años, los socialistas criminales conocidos como “chavistas” iniciaron una
campaña de sometimiento especial en contra del pueblo del Zulia. De hecho,
nuestro gentilicio nos hace diferentes al resto de los venezolanos y eso hizo
que para el chavismo nos convirtiéramos en un “objeto de estudio y control
social(ista)”.
Lo
que sucede con el Zulia es una operación de Guerra Psicológica muy avanzada. El
concepto es muy viejo, se llama “Desesperanza
Aprendida”
y se aplicó en muchas partes del mundo. Sin embargo, una de esas partes
adquirió un notable renombre fue el Ghetto de Varsovia, un pequeño espacio
dentro de la antigua ciudad Polaca en el que los Nazis (predecesores del
chavismo) experimentaron con una población cautiva a la que sometieron a tratos
criminales y a la que fueron sistemáticamente asesinando. El asunto del Ghetto
era parte de un plan mucho más amplio, que era el asesinato de todos los Judíos
de Europa, la Solución Final del Problema Judío.
En
el Zulia han implementado algo parecido, con el aval de la falsa oposición, que
se ha sometido silente, mientras negocias con los jefes del capo que dirige la
campaña contra el Zulia, un criminal llamado Omar Prieto.
Los
primeros ataques contra la propiedad privada se dieron en el Zulia, y los
primeros en responder al Tirano de Chavez fuimos los zulianos, con marchas y
protestas en todo nuestro hermoso Estado.
El
petróleo, la Sierra de Perija, nuestras fertioles tierras, nuestro Sistema
Electrico, nuestra industria avícola, nosotros como venezolanos fuimos objetivo
del difunto traidor.
Instauraron
controles biométricos para poder comprar comida, para cargar gasolina. Es como
si nos hubiesen puesto una estrella amarilla de seis puntas en el pecho. Sin el
permiso de la tiranía no podías comprar ni comida ni gasolina formalmente; eso
incentivó el mercado negro de esos productos, incrementando sus precios, y
sacando los mismos del alcance de las matyorías. Usando las leyes del Mercado,
hicieron dependientes a las mayorías de los alimentos controlados por la
Tiranía.
Con
la gasolina sucedió algo parecido. Los vehículos zulianos eran identificados
con una calcomanía; el vehiculo que no la tuviese no podía ser surtido
formalmente de combustible, abriéndose una ventana inmensa para el mercado
negro de combustible. Además de la calcomanía, se impuso un tope de consumo por
vehículo, esto en un Estado Productor de Petroleo.
En
el Zulia, uno de los Estados que menos dependía de GURI, la tiranía de Chavez
nos quitó el control de la administración del Servicio Electrico, pasándoselo a
una dependencia nacional. Nuestra infraestructura eléctrica fue dejada al
olvido, y gradualmente nuestra capacidad de producción eléctrica fue reduciéndose,
haciéndonos cada día más dependientes de GURI.
Cuando
se logró el nivel de dependencia adecuado, comenzaron las fallas a
incrementarse, y en 2012, si mal no recuerdo, se comenzaron a imponer los
raciona-mientos eléctricos.
Poco
a poco nos fueron cercando, quitando nuestros espacios, nuestra libertad.
Construyeron un inmenso muro a nuestro alrededor.
Tratar
de explicar a nuestros coterráneos que teníamos que presentar nuestra cédula para
comprar arroz era algo complicado, hasta que les empezó a tocar a ellos.
Nos
usaron como un laboratorio para implementar las medidas a nivel nacional, fueron
midiendo cada respuesta y calibraron todo, para imponerlo paulatinamente en
otros espacios de Venezuela.
Usaron
nuestro gentilicio en nuestra contra, nos estudiaron, nos infiltraron, nos
dividieron, nos impusieron falsos líderes.
Nuestras
reuniones eran reportadas a nivel nacional, y los órganos de represión
preparados para atender las protestas, antes de ser anunciadas.
Traidores
dirigieron nuestro Estado, dizque representándonos, mientras nos entregaban a
todos a la Tiranía cubana, como trofeo. El Estado con mayor producción en todo,
terminó siendo un pueblo abandonado del lejano oeste.
Todos
los zulianos, excepto los inscritos en el PUS fuimos obligados a usar la
Estrella Amarilla. Los pocos que nos negamos a ponérnosla, tuvimos que inventar
formas alternativas de suministro de alimentos, para no terminar muriendo de
hambre.
Fue
una lucha desigual. Más de dos millones de venezolanos en contra de veinte o
treinta mil funcionarios de la tiranía. Ellos portaban con orgullo su insignia,
el 666 de su bestia, Hugo Chavez.
Fuimos
y somos sometidos a un genocidio silente, disfrazado de “Emergencia” de lo que
sea, que ha justificado persecusiones, asesinatos, muertes por hambre, por
enfermedades, éxodos y muchas humillaciones.
Los
pocos que alzamos la voz, pronto nos conseguimos solos. Algunos de nuestros
aliados, portando la estrella amarilla, llevaban en su bolsillo el número de la
Bestia.
Dejó
de importar la razón. Solo eran relevantes los intereses de los portadores del
número de la Bestía.
El
hambre, la basura, el hampa, la muerte, tomaron nuestras calles, y nos
obligaron a encerrarnos en lo que quedó de nuestros hogares, llenos de
carencias.
El liderazgo opositor solo sirvió para hacer falsa bulla. Gritaban lo más alto que podíam solo para disimular los alaridos de nuestros hermanos pidiendo auxilio. Gritaron para silenciarnos. Quedamos solos en el Occidente del país.
Solo
nuestros hermanos tachirense han podido sentir algo parecido. Sin embargo, a
San Cristobal no lo convirtieron en un Ghetto. Al Zulia entero sí.
La
complejidad del momento requiere que nuestra dirigencia entienda el contexto
real y se ajuste a este, y con una visión más clara, emprenda la lucha desde
sus espacios en contra de la Tiranía chavista, entendiendo que la negociación
es imposible. Solo el sometimiento absoluto del enemigo podrá liberarnos de
nuestro destino, la esclavitud. Y ese sometimiento no será manso. Solo la
fuerza podrá derrotarlos…
Nuestra
falsa dirigencia decidió venderse a nuestro enemigo, que es mucho más grande
que el imbécil de Maduro. Unas cuantas monedas bastaron para que esa vieja
dirigencia constituida en parte por una corrupta juventud se vendiera a los
intereses criminales… Las emblemáticas treinta monedas de plata.
Hoy
un (I)mberbe dirige las campañas de la falsa oposición, encumbrado en un falso
poder, que nos llevan a esa Desesperanza Aprendida y a nuestra Esclavitud
Voluntaria.
NO TODO ES MALO
Miles
de Venezolanas en nuestra tierra y fuera de ella hemos demostrado claridad,
honestidad, disposición a la lucha; miles nos hemos sacrificado, miles podemos
contribuir en #LaSalida.
Solo
requerimos ponernos de acuerdo entendiendo que ni el (I)mberbe ni sus cómplices
pueden formar parte de esa gesta libertadora.
No
es complicado, solo requiere de nuestra determinación, voluntad, de un Plan
bien concebido y de algunos recursos, nada que no hayamos hecho antes.
El Ghetto del Zulia
es un ejemplo de lo que son capaces los criminales chavistas, para que en el
resto de las regiones de Venezuela terminen sometiéndose de manera voluntaria.
Para
finalizar, a los nuestros Aliados del Norte que han decidido cortar suministros
a nuestros enemigos, si necesitan una Cabeza de Playa, el Norte del Zulia es un
buen sitio para empezar.
Welcome Home Yankees!, In God We Trust!.
¡EN DIOS CONFÍO!
Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento, Miembro de Sociedad
en Acción, Ofensiva Ciudadana (OC), Alianza Bravo Pueblo Zulia (ABP-Zulia) y
Movimiento 99% - En el exilio
Barranquilla 6 de abril de 2020
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