jueves, 9 de abril de 2020

URGENTE


EL HAMBRE NO ESPERA.

Los cuatro Jinetes del Apocalipsis, sentados en el viejo Hotel Humbolt, ven a la Hermosa Caracas sentada a sus pies, mientras devastan toda su inmensidad. Brindan con Champagne Francesa ante los favores concedidos por el Tirano de Turno y por sus grandes aliados.


La Ayuda Humanitaria ofrecida por USAID no aparece por ningún lado.
El desespero de los venezolanos ya ha llegado a límites inimaginables.


Trata de ponerte en los zapatos de cualquier venezolano que no gana lo suficiente ni para comer, y ahora se ve obligado quedarse en su casa, si es que tiene, encerrado, sin poder salir a resolver el día a día, pues o te mata el Virus Chino o te meten preso los esbirros de Maduro.

Sin agua, sin energía eléctrica, sin gas, sin gasolina, con la casa por cárcel, sin comida, con el llanto de sus hijos como perenne recordatorio de sus desgracias.

Ante el clamor salido de los más profundo de su alma, en la forma de un grito de auxilio, la Tiranía lo amenaza y el gobierno (I)maginario de Juan Guaido le dice que no hay recursos para poder atender los auxilios necesarios para darle fin a su desgracia.

Hace varios años cuando algunos comenzamos 
la campaña para solicitar la Ayuda Humanitaria, 
nuestras voces fueron despreciadas 
y nuestra causa dejada de lado.

El desespero no cesa, el hambre siempre presente, el llanto de los hijos, el dolor, la amargura, la frustración. No importa si eres doctor, ingeniero, técnico, policía, soldado, vendedor o buhonero, la desgracia ha tocado a tu puerta y la sensación de abandono, de desamparo, es una indeseable compañía.

Todas las familias venezolanas están divididas y dispersas por todo el mundo, el mismo mundo que hoy ha colapsado como consecuencia del ataque del Virus Chino.

En el extranjero, millones de venezolanos pasamos por situaciones muy complejas, severas, pero no menos angustiantes. Los millones que vivimos fuera de nuestra patria, sufrimos ante la incertidumbre. No hay certezas de la continuidad de nuestros empleos, millones viven de lo que hacen el día, y sin poder salir, o sin poder llegar al mismo número de personas, sus ingresos han mermado casi a cero.

Con el casero presionando por el pago y los recibos de los servicios llegando de manera inclemente, el desespero crece como el fuego atizado; la mayoría de los recursos son desviados a la compra de alimentos (si los hay), para garantizar la subsistencia, cosa que en Venezuela es casi imposible. Lo que queda debe ser dedicado al pago de compromisos.

Pero esa es la realidad de algunos pocos. Otros sin poder obtener ingresos formales o informales se debaten entre romper los aislamientos preventivos, retornar a Venezuela, con todas las fronteras cerradas o morir de mengua.

El Gobierno de Colombia, el mayor receptor de venezolanos exiliados ha dado muestras de inmenso humanismo, y ha procurado no abandonar a los venezolanos que hoy vivimos en tierras de este país, pero millones de nuestros compatriotas no están ni registrados. Formalmente no están aquí, no existen. Esa realidad se repite en toda América. Millones hoy se debaten ante sus existencias miserables, entendiendo que al no tener una existencia formalizada, sus casos son más lentos de atender y su realidad diaria más compleja y devastadora.

No quiero hablar de los representantes del 
gobierno (I)maginario de Juan Guaidó.
Esos delegados de comiquitas no ofrecen ni consuelo; 
No resuelven nada.

La desgracia de los venezolanos en tiempos de Virus Chino son urgentes, tan urgentes como las realidades de los millones de seres humanos que se debaten en tan complejo momento, en los que ni la la sobrevivencia está medianamente garantizada.

El crimen cometido por los Chinos al liberar esa arma biológica está propiciando el Colapso de Occidente, al cual pertenecemos y en el cual vivimos.

Solo espero que Dios, mediante nuestras oraciones, se apiade de nosotros sus hijos, e ilumine a aquellos que deben encaminar los pasos para ir saliendo de esta terrible crisis con prontitud, pues el Hambre no Espera y las cuentas tampoco.


A nuestros Aliados Norte Americanos debo aconsejarles que los recursos que a bien tengan facilitar para ayudar en el problema de la migración venezolana, procuren administrarlo mediante la asignación directa a sus beneficiarios, pues si los siguen despachando a esas estructuras corruptas y menesterosas que se disfrazan de Organismos No Gubernamentales y de Defensa de Derechos Humanos, solo estarán alimentando una inmensa maquinaria corrupta, que termina dilapidando millones de dólares solo para entregar una “cajita feliz” a un solo niño, entre millones, dejando como evidencia de la malversación tan solo una foto.


¡EN DIOS CONFÍO!


Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento, Miembro de Sociedad en Acción, Ofensiva Ciudadana (OC), Alianza Bravo Pueblo Zulia (ABP-Zulia) y Movimiento 99% - En el exilio 
Barranquilla 10 de abril de 2020

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