No hablo del paso de las Termopilas, cuyo nombre ha quedado en la historia como el reflejo del coraje y la valentía de unos pocos en imponerse ante un enemigo desproporcionadamente mayor e infinitamente cruel. Hablo de los 300… mil venezolanos que hoy corren riesgo de muerte por inanición (hambre); esos Trescientos-mil venezolanos que Guterres, el sinvergüenza de la ONU no ve, pues su militancia en la Izquierda Global no se lo permite, esa izquierda supuestamente humanista que solo ve y cuenta los muertos cuando caen a manos de los enemigos de esa misma izquierda… dígase la famosa “derecha”, o mejor, toda la gente decente del Mundo.
Trescientos-mil venezolanos esperan para poder llegar a ver un nuevo día por la Ayuda Humanitaria que hoy bordea nuestra inmensa frontera. Esos Trescientos-mil venezolanos que pueden morir en cualquier momento, que pueden sucumbir ante la más cruel de las muertes, la muerte por hambre, en un país en el que se robó y derrochó tanto dinero, que el saqueo Nazi durante la II Guerra Mundial parece un simple robo de banco.
Algunos por más de un año hemos insistido en la Intervención Humanitaria,
que no es más que la Ayuda Humanitaria ya conseguida,
acompañada por un apoyo militar multinacional.
A mí que me expliquen como si estuvieran buscando mi voto, como se hace para que un venezolano que tiene cinco días sin comer y casi cinco años mal comiendo, puede esperar a que en Venezuela los cuatro que tanto daño nos han hecho, que entre paréntesis no son cuatro sino cinco, se pongan de acuerdo y acepten la Intervención Humanitaria, entendiendo y sabiendo que esos cuatro –que son cinco en realidad- cobran en las taquillas del PSUV, veneran a los Castro y su dictadura cubana.
Ciertos cómodos políticos empoltronados en sus hermosas oficinas dirán que apoyar una Intervención Humanitaria es ceder soberanía y un acto de traición; sin embargo, sus comodidades las pagan los grupos delincuenciales que hoy gobiernan Venezuela, y ante la invasión cubana no dicen nada.
Hoy, Trescientos-mil venezolanos dependen para sobrevivir de la determinación de los gobiernos de América, en especial los gobiernos de los Estados Unidos de América, de Colombia y Brasil, para poder celebrar la vida con un acto diario, o poder llegar al feriado del 19 de abril sin Maduro en el Poder; para ello, deberán esos países imponerse a la tiranía genocida con el uso de sus fuerzas militares. Incluso, hasta la Guyana Esequiba democráticamente construida sobre un viejo territorio venezolano tiene la facilidad que el momento histórico le presenta, para apoyar en la recuperación de la democracia y la reconstrucción de Venezuela, lo que obligará a los venezolanos a redimensionar nuestros visión sobre ese viejo diferendo limítrofe.
No existe la auto-determinación de los pueblos, cuando esos pueblos piden “Libertad” y se les niega. El concepto debe ser redefinido como lo que es, “auto-determinación de los Tiranos”.
Hoy pido por esos hermanos a los que la muerte tiene en lista, que dependen de los países de América, para que manden sus ejércitos a exterminar a quienes sobre los cadáveres de cientos de miles hoy gobiernan una Tierra de Gracia. Sabremos reconocer su esfuerzo, sabremos retribuir su sacrificio.
Otros, como Caifas, rasgarán hipócritamente sus vestiduras y gritarán a toda voz “traidor”; con calma y con mi conciencia tranquila les digo lo mismo que he afirmado desde hace más de una década, “traición es haber dejado que los cubanos se apoderaran de Venezuela, sin haber hecho un solo disparo para contenerlos”; y que conste, sigo siendo Activista No Violento, pero ni ciego ni pendejo.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento
Y Miembro de Alianza Bravo Pueblo Zulia – En el Exilio
Barranquilla, siendo las 8:54 Am de un 6 de febrero de 2019
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