¿Una vida cuánto vale?; ¿cuánto vale la vida en
miseria?; ¿cuánto vale un día de hambre?; ¿cuánto vale un día de penurias por
un medicamenta no ubicado?...
La violencia es el arma de los que no tienen la razón,
y en Venezuela la violencia viene de un solo lado,
desde el régimen de Maduro.
Los venezolanos decidimos desde hace más de noventa
días salir de esta dictadura asesina y nos hemos dedicado a hacer inviable la
gobernabilidad del país mediante el desarrollo de protestas cívicas y no
violentas en toda Venezuela.
La Voz del Pueblo es la Voz de
Dios, y
¡en Venezuela el pueblo está hablando desde las calles!
Como era de esperarse, el régimen ha emprendido una
escalada represiva peor que la de 2014, cuando muchos salimos a las calles a
protestar en contra del mismo déspota, pero sin los apoyos concertados
previamente. En aquel año fueron miles los detenidos, centenares de heridos y
43 venezolanos fueron asesinados como consecuencia de esas protestas. En aquel
entonces, los asesinados y los heridos fueron victimas igual que hoy de los
Organismos de Seguridad del Estado y de los paramilitares pagados por el régimen,
disfrazados de Carmelitas Descalzas.
Las dictaduras duran y perduran mediante la
instauración del miedo como medio político de control, y es por ello que ante
las manifestaciones multitudinarias, abiertas, no violentas y frontales,
tienden a responder con represión y violencia, con el único objetivo de seguir
infundiendo miedo.
La Protesta Ciudadana es un Derecho Universalmente consagrado, amparado
por la Carta Fundamental de las Naciones Unidas y en la Constitución de la
República.
Después de noventa días de protesta cívica,
entendiendo que el régimen de Maduro no tiene ninguna intención de buscar
soluciones a nuestros verdaderos problemas, con la Unidad fortalecida mediante
la cohesión de todos los factores, con la gente en la calle, con el régimen
boqueando, descubierto, expuesto, y con el plebiscito en puerta, debemos
continuar la lucha en la calle de manera cívica, no violenta y disciplinada.
No Violencia significa accionar en contra del régimen,
de manera frontal, decidida e inteligente; significa prepararse antes de la
confrontación, evaluar los espacios, el camino, el clima, la disciplina de la
gente, la cantidad de activistas preparados, los riesgos potenciales… Eso no lo
evalúa el ciudadano, lo evalúa el dirigente o el activista convocante. Ahí
debemos ser serios y responsables.
Si quieres saber más de No Violencia, coloca “Como Empezar una Revolución Pacifica” y siéntate a disfrutar
de 52 minutos de un excelente documental.
Se Creativo y mantente No Violento.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento, Secretario General de Alianza
Bravo Pueblo Zulia
4 de julio de 2017
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