Hay muchas definiciones sobre Liderazgo, algunas modernas, basadas en
estudios tendencias y análisis sociológicos y psicológicos, y otras definiciones
no tan modernas. Lo cierto es que un Líder es alguien a quien uno está
dispuesto a oír y seguir; es alguien que convence con su palabra, y con sus
obras, que arrastra y motiva.
Es importante que entendamos que un Líder por encima de todo es un ser
humano con aspiraciones, con necesidades, con sentimientos, con familia, con amigos,
con intereses; es un ser humano como tú y yo, con virtudes y defectos.
Ahora, a mí que me expliquen cómo es posible que en mi Venezuela de
hoy no sea posible conciliar la realidad, la de verdad, la que vivimos y
sufrimos todos, todos los días de Dios, con el discurso y obra de quienes nos
dicen representar. La realidad va a toda velocidad por un lado, y el discurso y
obra de quienes dicen representarnos van por otro…
Algunos “dirigentes” de cartón, comprados con el concepto de modern marketing creen que con discursos
acartonados, estadísticas, encuestas pagadas, fotos de fondo, sonrisas medidas
y acuerdos tras bastidores pueden conseguir una salida a la terrible crisis
venezolana, mientras negocian acuerdos particulares en beneficio absoluto de un
pequeño grupúsculo.
Con ese esquema nos han traído tomados de la mano como lazarillos a
los millones de venezolanos que decidimos buscar esa salida; pasamos por un
Referendo Revocatorio en 2004 que nos robaron de frente, y terminaron vendiéndonos
el concepto que perdimos “por no tener la gente”… En ese proceso como en todos los demás los
excesos de campaña, la persecución, los votos abiertos, el chantaje, el uso
desproporcionado de recursos y el favoritismo abierto del árbitro por el color
rojo, por solo mencionar algunos elementos, son factores sin peso ante lo único
que ha valido, la supuesta mayoría roja.
Brincamos de elección en elección, poniendo todas nuestras esperanzas
en el día después, mientras esa “dirigencia” de cartón, hoy más cuestionada que
nunca, construye con cada discurso y cada evento la próxima derrota; pero no
construyen las derrotas por falta de gente, sino por falta de valor, en todas sus connotaciones posibles. En ese transitar llevamos ya diez años desde aquel 15
de agosto de 2004.
Diez años después de aquel 15, el régimen destruyó el aparato económico y quebró a la Nación,
fabricando con ello la crisis que hoy vivimos. Ante esta situación, esa “dirigencia”
de cartón ha sido incapaz de generar un discurso cohesionador que nos permita
construir una salida a este desastre, y con descaro atroz, y una decadente
falta de humanidad, nos vende el concepto trillado de la “próxima elección”.
Es interesante, como se le dice a un padre o madre de familia, que no
ve salida a la crisis, ni propuestas, ni intención, que espere un año y tanto,
pues los legisladores “a elegir” son los magos con sombrero que podrán todo su
empeño en construir esa salida… Seguro, ¿y los legisladores de hoy qué?, son
mudos, son inútiles, son de adorno.
Me gustaría que esos “dirigentes” de cartón en vez de molestarse ante
críticas justas, frecuentes y fuertes, respondiesen a sus electores el alto
nivel de inasistencias que tienen nuestros actuales legisladores… Sí. Nuestros diputados
no van a la Asamblea. Que nos garantiza como ciudadanos y electores que los que
van a venir si van a hacer el trabajo, si los que están, en medio de tan
terrible crisis no han hecho nada.
Pocos son los dirigentes que desde nuestro lado han cumplido con su responsabilidad,
pues su sacrificio, su verbo y accionar,
ajustados a la realidad, han sido elemento de contención ante el avance
desproporcionado del régimen. Es inevitable mencionar algunos: la Diputada
María Corina Machado, el Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, Leopoldo Lopez,
el Alcalde de San Cristobal Daniel Ceballos, todos hoy perseguidos, tristemente
algunos presos.
Como decirle a los miles que hoy ante la protesta legítima son víctimas
de un sistema judicial parcializado y colorado, que esperen hasta el 2015, y
luego hasta la próxima elección a venir; que se les dice a esos jóvenes que no
podrán conseguir un empleo decente en un país en crisis; que le decimos a los
casi cien venezolanos que todavía hoy alumbran con su dignidad las cárceles de Venezuela,
luego de participar en las protestas recientes, les decimos “tranquilos, sigan
esperando”.
El liderazgo que Venezuela necesita no es ese que con descaro nos pide
esperar mientras ellos se pelean por viajar a cuanto evento aparezca en cartelera,
o mientras ellos se pelean por nombres en boletas y postulaciones inútiles.
A la cúpula opositora pareciese que la asesorara el mismo Fidel.
Qué importa que la MUD se vea afectada ante las críticas y cuestionamientos
de los venezolanos, si la realidad es que con esa “dirigencia” de cartón no
llegamos ni a la esquina.
QUE DIOS BENDIGA A VENEZUELA.
Alexander Acosta Guerra
5 de octubre de 2014, siendo las 8:11 pm
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