En
nuestra natural forma de pensar, como seres humanos es inconcebible que un funcionario
público haga algo que evidentemente está mal; eso normalmente lo calificamos
como incompetencia.
Ahora
bien, haciendo un ejercicio perverso de imaginación, que pasaría si en vez de
hacer las cosas mal porque no saben hacerlas, las hicieran mal porque así
necesitan hacerlas; entonces no cabria preguntar, como muchos se preguntan,
sabrá fulano de tal lo que hace sutano, o lo que pasa en la frontera, o lo que
mengano se robo en comisiones; no valdría dicha pregunta por una sola razón, la
intención y premeditación para lo que se hace evidencia una malsana naturaleza
humana, solo previsible ante el trato con personas enfermas, por cuestiones de
salud mental, o por cuestiones ideológicas, como los comunistas que nos
gobiernan (incluidos los hermanos Castro, Putin y el Presidente de China).
Muchos creen que el
contrabando es el causante directo de la implementación del chip de la gasolina
y de la Tarjeta de Raciona-miento… ¡NO!. La causa real para la implementación
de estos controles, es la necesidad que tiene el Régimen por establecer, valga
la redundancia, "controles" que sirvan como paredes falsas, que vayan cerrando
paulatinamente tu espacio de vida, hasta que te dejan sin libertad alguna.
Cuando eso suceda, tu dependerás de la aprobación del maldito sapo de la cuadra
para comprar pan, azúcar y café. Cuando eso suceda, ya no disfrutaras de ninguna
libertad, aunque para ese momento, cada pared de la ciudad dirá que
somos "libres y soberanos".
Insisto, lo que propicia
estos controles no es la incompetencia de quienes nos gobiernan, es la
necesidad que ellos tienen de hacer de su sueño de dominación absoluta de la
conciencia de cada uno de nosotros una realidad, como
la dibujo George Orwell en su famosa novela “1984”.
"Sin medios, sin
libertades, sin espacio, sin recursos, sin propiedades, terminaremos siendo todos
esclavos".
Hace doce años, más o
menos, algunos dijimos que esto que hoy vivimos era nuestro futuro seguro de
seguir las cosas como iban. Nos llamaron locos. Hoy, el peor de los escenarios
de hace más de una década lo llamamos realidad.
QUE DIOS BENDIGA A VENEZUELA.
Alexander Acosta Guerra
26-Ago-2014
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