Mi ciudad es un asco. Cada día que salgo soy testigo de la evidente
ineficiencia de la gestión de la Alcaldesa de Maracaibo, cuya reciente
reelección no aprobé. Veo propagandas de operativos de limpieza de zonas de la
ciudad, pero por donde sigo caminando, y por donde sigo visitando, la basura
sigue reinando.
Se ha vuelto ya costumbre caminar por aceras y parques atiborradas de
basura.
Parece que es mucho pedir a la Alcaldesa y a su equipo y asesores (que
son muchos), que preparen un plan verdadero de adecentamiento y limpieza de la
ciudad. Pero un verdadero plan, que no implique campañitas esporádicas. Un plan
de recolección y tratamiento de desechos sólidos, sustentable y sostenible en el tiempo, que considere la recolección de
materiales reciclables, como vidrio, plástico, metales, y su adecuado
tratamiento,. Lo que implicaría proyectos, recursos y trabajo para la gente que
tanto necesita. Pero insisto, es mucho pedir a alguien para quien la ciudad de
Maracaibo, siendo su responsabilidad, no es de su preocupación.
Por otro lado, veo con profunda molestia que Venezuela, que antes
exportó uno de los mejores cafés del mundo, hoy importe de los peores, como el nicaragüense.
Nuestros cafeteros luchan por sobrevivir en este desastre económico, mientras
la Nación paga con dólares obtenidos del petróleo el café que ellos antes
producían, y que también producía dólares. Eso tiene un nombre, traición.
Y hablando de dólares, cada día son menos, y menos serán mientras esto
continue. Desde hace algunos días se ha conocido que la otrora 3ra empresa de
petróleo del mundo, ya no solo compra gasolina, pues ya no la saben producir,
sino que también estamos comprando petróleo a Argelia y Rusia.
Venezuela está importando petróleo desde Argelia y Rusia; contar esto
hace 12 años hubiese sido un chiste, pero en la industria en la que trabajé y
conocí, hubiese sido una terrible ofensa. Trabajé al lado de hombres y mujeres
muy calificados, especialistas en sus áreas, especialistas en extraer,
almacenar, procesar y vender oro negro, oro negro que es lo único que mal
sostiene nuestra quebrada economía.
Con una producción petrolera en pleno declive, con una crisis
económica como la que vivimos, y con un gobierno como el que tenemos, los
tiempos que vienen serán una dura prueba para todos.
QUE DIOS BENDIGA A VENEZUELA.
Alexander Acosta Guerra
19 de octubre de 2014, siendo las 12:40 pm
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