Los regímenes de talante comunista, como este, usan la palabra como un arma, y retuercen las mismas como un torniquete, siempre apretando sobre el cuello de sus víctimas (todos los venezolanos).
Los obstáculos sembrados en las vías por los muchachos que protestan en contra de esté gobierno necrótico, buscan crear las condiciones para que las cosas cambien, siempre para mejor. En respuesta a ello, el gobierno Nazi-o-nal juega a la confrontación haciendo uso desproporcionado e ilegal de sus recursos de fuerza, además de utilizar grupos paramilitares que ellos dicen llamar “colectivos”, para contener y neutralizar las protestas.
Ante la ineficiencia de sus tácticas criminales, y en paralelo, usando la más cínica y bestial de las campañas de tipo goebeliano (1), ahora quieren echar la culpa de lo que sucede en todos los ámbitos a los protestantes.
Ante esta realidad, los ciudadanos, envestidos o no de autoridad, estamos obligados a desarrollar campañas sistemáticas consistentemente en algo muy simple: “decir la verdad”, la verdad de lo que sucede en Venezuela. Y por qué la Verdad, pues es lo que nos hará libres.
Muchos de nuestros conciudadanos se creen ese montón de idioteces balbuceadas por altos funcionarios del gobierno Nazi-o-nal, debido a que no escuchan nada más, porque no tienen twitter o facebook, y con los medios completamente censurados, es imposible que se enteren. Cuando salen a la calle, se percatan que “algo está pasando”, pero desconocen su dimensión. Debemos entonces ayudarles a conocer “la dimensión desconocida” de la realidad venezolana.
Ello nos obligará a sostener una campaña frontal contra la “MALDITA MANIPULACIÓN” gubernamental. Ya basta de tantas mentiras, a las cosas tenemos que llamarlas por su nombre e identificar sus causas y responsables.
Durante esta campaña desarrollada por nuestros muchachos, los estudiantes, cuya validez política y legalidad es absoluta, la represión del gobierno Nazi-o-nal ha sido desproporcionada, brutal e ilegal, insisto en ello
Con un montón de matones a sueldo han salido, con chapa y sin ella, con su miedo como bandera, a golpear, torturar, perseguir, encarcelar y matar a nuestros hijos. En el colmo del absurdo, por burdo, han desmentido la naturaleza de la protesta, y desprestigiado a sus actores. Esta es una táctica muy vieja de los comunistas, suprimen la verdad, la censuran, imponen la mentira como “la verdad oficial”, deshumanizan a los actores de oposición, e inventan historias ridículas sobre conspiraciones dirigidas desde el exterior para acabar con esta vaina.
En este momento es importante que la gente sepa, por ejemplo, que las causantes de la desesperante escasez, no es la falta de dólares. La verdadera razón yace en la necesidad del gobierno Nazi-o-nal de fomentar las bases para “un punto de quiebre”, que permitirá sembrar los cimientos del poder absoluto como esencia del Estado, y controlar a cada ciudadano por lo que se le permite adquirir para vivir.
Las colas no son casuales, o causadas por los bachaqueros. Las colas tienen varios objetivos. Uno, te mantienen preocupado y ocupado en la obtención de tus insumos básicos, como alimentos, productos de aseo personal, productos de aseo del hogar, combustible, entre otros. Dos, te distraen del contexto que te permite ubicarte en la realidad. Tres, te van sembrando la semilla del miedo, ante la posibilidad de un desabastecimiento que pueda dejarte sin alimentos. Cuatro, te mantienen “controlado”, pues los representantes del gobierno Nazi-o-nal son quienes “supervisan” esas colas, y tu pasas horas de horas en ellas.
Cuál es la realidad. Las colas son causadas por el mismo gobierno. Fue el gobierno el que como política de Estado, destruyó el aparato productivo nacional, de manera sistemática y lo suplantó por un aparato pro-gubernamental profundamente corrupto. Hoy importamos rubros en los que hasta 1998, con crisis y todo, teníamos superávit, como el café, el arroz, el azúcar, el maíz, el aceite, el pollo, por nombrar algunos.
El gobierno, que suprimió la entrega de dólares, causando la crisis de desabastecimiento que hoy sufrimos, tiene dólares para financiar gobiernos extranjeros y para comprar armamentos de todo tipo.
Hagamos un pequeño ejercicio. Asumamos como precio por cada bomba lacrimógena 25 dólares. Multipliquemos esos 25 dólares por el precio del dólar preferencial, o sea 6.30 BsF/$. Cada vez que el gobierno lanza una lacrimógena, es como si tiraran a la basura 25 kilos de harina pan. Mi pregunta, ¿cuántas lacrimógenas han lanzado?
Si hacemos ejercicios de este tipo, y los divulgamos, nos iremos acercando a la verdad. Y la verdad es que el gobierno te quiere sumiso para controlarte.
Sumisión no es libertad, y la libertad es nuestro derecho. Esta campaña, esta batalla la ganamos en la calle, y la mantenemos viva en la calle, con la influencia del ciber-espacio.
Sin twitter, sin facebook, sin cámaras y teléfonos inteligentes, como en Cuba, la dimensión de la brutalidad gubernamental, no habría podido ser ni vista, ni medida, ni divulgada.
El gobierno Nazi-o-nal perdió su legitimidad. Nuestra tarea es vender la verdad y construir las bases para un nuevo sistema.
El que se cansa pierde. Que Dios Bendiga a Venezuela.
Alexander Acosta Guerra.
21 de marzo de 2014
(1) Ver Los once principios de la propaganda de Goebbels
http://www.grijalvo.com/Goebbels/Once_principios_de_la_propaganda.htm
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