Trato de entender la naturaleza de la Maldad inherente en los
individuos que rigen los destinos de la nación venezolana, y entiendo que la
oscuridad que gobierna sus almas los compromete con los fines más ruines, y que
para ellos la piedad o la simple humanidad son valores insustanciales, carentes
de sentido.
Para ellos, los representantes del Averno en #Venezuela,
la muerte es un socio al que hay que mantener contento.
Cuando ese socio reclama a uno de sus “notables”
miembros en una clínica capitalina en medio de la noche, en una clínica
“privada” en la Habana ,
en un enfrentamiento entre bandas, en sus comunes pugnas por poder, o en una
riña entre chicos rosa, las meditaciones infladas de méritos inexistentes, las
menciones de heroicidad y valor, los clamores de pureza revolucionaria son sus
exagerados y falsos obituarios. Terribles ríos de propaganda invaden los medios
y todos los espacios.
Pero, cuando la muerte incluye en su lista a un
inocente, los revolucionarios con su alma fétida a azufre ni se inmutan. Son
estadísticas, que alguien tendrá que leer y manipular para adecuarla a los
esquemas propagandísticos del momento… guerra económica, golpe azul, golpe
petrolero, y un largo etcétera.
Veo la Maldad que insufla las almas destinadas al Averno
de esos funcionarios cada vez que alguien pide por cualquier medio un
medicamento para algún enfermo.
Me parte el Alma ver las imágenes de niños y
enfermos de cáncer, rogando por medicinas que no se consiguen para poder
mantenerse con vida. Y me parte el Alma, pues se que las medicinas no están
disponibles, ya que los dólares necesarios para importarlas o producirlas en el
país nunca fueron aprobados, y no fueron aprobados debido a que alguien en
medio de un pacto oscuro decidió desviar los fondos para otros fines, o
simplemente se los robó.
No es casualidad que los #PanamaPapers se mencione con tanta insistencia a #Venezuela y a tantos de sus
funcionarios, hombres y mujeres con sus almas pútridas que se lucraron con la
desgracia de quienes en algún momento fueron sus prójimos.
No puedo dejar de pensar en tantos de mis
hermanos venezolanos que hoy en medio de su impotencia ven como la muerte, la
socia preferida de la #PesteRoja, se
cierne sobre ellos lentamente y sin clemencia, ¡es inhumano!
La ayuda internacional, gestionada por muchos
venezolanos en el exilio, fue negada por el mismo régimen que rechazó aprobar
los dólares. No fueron las gestiones fallidas de estos venezolanos en el
exterior, ni las gestiones fallidas de los dueños de empresas las que nos
condujeron a esta lamentable crisis, que toma ya rasgos de #CrisisHumanitaria, fue la pura Maldad que rige este detestable
régimen la que nos trajo hasta acá.
Muchas vidas deberán
ser dadas en Holocausto antes que podamos ver el fin de esta crisis.
Cuantos niños, jóvenes y
adultos deseosos de continuar el camino por esta Tierra que llamamos VIDA, deberán
partir a la Casa
del Señor, pues en esta Tierra de Dios, los hombres comunes dejamos que el
Averno tomara terreno.
Ante cada vida perdida por la indolencia
asesina de quienes nos gobiernan, estamos obligados a alzar nuestra voz y a
protestar con fuerza. Los delincuentes son los que deben ser sometidos, aunque
estos delincuentes sean quienes nos gobiernan.
La inocencia perdida por muchos ante la crisis
que vivimos nos ha llevado a sentir de manera perenne una terrible impotencia,
derivada de nuestra incapacidad para generar acciones que nos lleven a un
adecuado fin. Pero ese fin no nos caerá del cielo, debemos inducirlo.
La dirigencia política opositora que ganó los
comicios electorales del 6 de diciembre de 2015 parece estar muy cómoda
debatiendo y argumentando los cambios que deseamos, pero esos cambios requieren
de hombres y mujeres valientes que con legitimidad de origen conviertan ese
cambio prometido en un hecho, no solo en promesas.
Las promesas y los discursos no reviven a
nuestros muertos, las promesas y los discursos no habilitan los dólares
necesarios para atender la #CrisisHumanitaria en al que estamos montados. Son
las acciones decididas, frontales, valientes de nuestro liderazgo, comprometido
con la gente y sus necesidades las que nos permitirán construir #LaSalida a
esta crisis, que tiene nombre y muchos responsables.
Temo, que ante el desborde producido por los ánimos
caldeados de nuestra gente, harta de tantas injusticias y tanta muerte, las
calles se llenen de venezolanos protestando sin tener quien las dirija, y que estas protestas terminen por sofocarse, luego de un terrible costo humano.
Temo que parte de la dirigencia opositora que
ya ha ignorado esfuerzos y protestas parecidas, termine sentándose de nuevo con
nuestro enemigo, hecho gobierno, y lo relegitime como lo hizo en 2013 y en
2014.
Las interpretaciones particulares sobre esos
dos años me importan muy poco. Se que esa dirigencia, pensando en ellos y en
futuras elecciones estará evaluando nombres y postulaciones sin tener en
consideración el inmenso costo humano, ya que para ellos es mejor “llegar a un
puesto” que “ganarse un lugar en la historia”.
Un niño muerto como consecuencia del desabastecimiento de medicamentos es una abominación que
no tiene perdón.
Un aplauso para Chuo Torrealba y su propuesta
de dirigir la protesta con el fin de construir #LaSalida… No es cuestión de
elecciones, es cuestión de VOLUNTAD POLÍTICA Y LIDERAZGO.
QUE DIOS BENDIGA A
VENEZUELA.
Alexander Acosta
Guerra
Siendo las 22:37 de un domingo
10 de abril de 2016
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