martes, 19 de abril de 2022

BANALIDAD PURA

Durante los últimos meses he visto una proliferación de artistas venezolanos, casi todos operando desde Florida, vendiendo entradas para eventos o inventando grabaciones de videos con nombre nuevos. Antes se llamaban “Video Clips”, ahora lo llaman “free cover”.
 
En sus actuaciones siempre sonríen, siempre están alegres, siempre gritando la misma idiotez “somos latinos”, como queriendo recordarlo para no olvidar que están en tierra de sajones.
 
Viendo esos videos, viendo el trabajo que hizo Patricia Poleo al respecto de algunos de esos artistas que se han dedicado a promover su imagen para lavar dólares en los Estados Unidos de América, veo, pues es evidente, que hay una alineación entre esos individuos, sus eventos, y la frase o concepto “En Venezuela las cosas están mejorando”.
 
Alguien está manejando algunos hilos del Poder, para vender una imagen de Venezuela que no es real, y para ello se valen de los artistas, sus sonrisas falsas, sus rumbas “eternas”, sus entradas en dólares, sus ritmos latinos y la afabilidad natural de los venezolanos.
 
 
Al cambiar la percepción sobre un asunto, se cambia la forma como se siente y como se atiende, transformando la realidad, en algo intangible.
 
 
Cualquier extranjero podría preguntarse “¿Cuál es la crisis que hay en Venezuela que ha propiciado una migración de más de seis millones de almas?”.
 
En un país donde la quinta parte de sus habitantes abandona su territorio sin ninguna seguridad, dejando sus bienes, sus familias, todo, con una maleta a cuestas y muchos de ellos caminando, ¿Por qué sus artistas deciden tapar esa realidad?, en vez de protestar, cuestionar,  divulgar o vender la situación y condición del país y su gente, con crudeza, o concientizar al colectivo internacional.
 
Estos artistas están creando
 una dimensión paralela
en la que todos son felices,
claro, ¡solo en sus videos!
 
Ante ello, solo se me ocurre un concepto acuñado por Hannah Arendt, la “Banalidad del Mal”; la desgracia de nuestra crisis requiere de entender la naturaleza de ese Mal, su esencia, sus derivaciones, sus implicaciones. Eso no se aprende tocando música latina o bailando salsa. Si alguien sabe bailar salsa son los cubanos, pero los cubanos que viven en esa isla no saben lo que es la Libertad; y como si fuera poco, sus captores nos robaron a millones de venezolanos la nuestra, frente a nuestros ojos y a un muy alto costo.
 
Cada vez que veo un video de esos de la “dimensión paralela”, siento que todo mi esfuerzo en lo personal, y que el sacrificio de millones de venezolanos, no ha valido nada para ninguno de esos imbéciles. Ellos andan cantando con una sonrisa por el mundo como si en Venezuela no pasara nada, mientras miles mueren de hambre; ellos tocan sus timbales, sus cuatros, sus marimbas, sus tambores, les tocan con alegría al señor del averno.
 
A esos artistas, por decencia, lo único que les aplica es un boicot; no ver sus videos, no replicarlos, no asistir a sus eventos, no cantar su música. Que sepan que ante su Banalidad Pura, nuestra respuesta es el desprecio.
 
Mucho nos falta por aprender, y más por construir, para lograr salir de la Tiranía. No hay plan, no hay recursos para lo necesario y no existe liderazgo.
 
¡En Dios Confío!
 
 
Alexander Acosta Guerra
Activista Político venezolano, en el exilio.
Barranquilla, 18 de abril de 2022

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