Los errores se pagan, y a veces los pagan quienes
no los cometen.
Durante algunos meses, la campaña para promover la imagen de algunos dirigentes políticos fue el eje de las propuestas para el venezolano común.
Siete firmantes decidieron dar cátedra acerca de cómo se hace política y complicaron los escenarios para los
colaboracionistas, traidores y dueños de los cuatro partiditos del G4.
Algunos documentos bien redactados en
los momentos justos, declaraciones, videos, invitaciones a la reflexión dejaron
desnudos a los colaboracionistas.
Solo bastó que dos de ellos se
reunieran con el inútil de Guaido, secretario ejecutivo de Egopoldo López, para
que sus propuestas, su trabajo y su esfuerzo terminaran enfriándose.
En vez de buscar reunirse con Embajadores, Altos Representantes de Gobiernos amigos, Senadores, Diputados,
Nuncios, e incluso Presidentes de Países Aliados y presentar propuestas
alternativas, decidieron reunirse con el Presidente Imaginario de Narnia, con
lo que perdieron su tiempo e impulso.
Y como guinda de la torta, sale el pusilánime
de Capriles a decir que se vendió, y todo el mundo ahora se enganchó en las
tediosas alharacas del que fue elegido Presidente de Venezuela dos veces y
nunca tuvo los pantalones para ejercer el cargo.
¡Que triste es ver a mi Venezuela representada
por aquellos que no la
quieren!
Los errores se pagan.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Desde mi exilio en Barranquilla
Desde mi exilio en Barranquilla
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