A un año de aquel 16 de julio de 2017, un día para tener esperanzas.
Dedicado a las Prostitutas con Doctorado,
que dulcemente abren sus piernas y sus bocas para satisfacer a sus clientes,
mientras hablan a sus vecinos de Moral y Buenas Costumbres.
Yo viví 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 en la calle, viví las protestas; no me lo contaron, participé en ellas y ayude a coordinar muchas de ellas.
Cuando el Referendo Revocatorio era inevitable, a pesar de todo lo que hicieron para impedirlo, y la línea de los viejos colaboracionistas nos condujeron hacia ese callejón, dije más de una vez: “no me preocupan el 14, ni el 15 de agosto de 2004, me preocupa el 16, en la mañana. Qué está planteado, qué vamos a hacer, cuál es el plan de acción”… los eternos electoralistas me decían con fastidio, como quien regaña a un muchacho necio “no te preocupes, ese referendo está ganado (blindado dijeron algunos)”.
El 16 de agosto de 2004 a las 4:30 am el CNE chavista nos robò el Referendo Revocatorio en nuestras caras … todos quedaron “fríos”. Muy pocos vimos la jugada y tuvimos el valor de decirlo, cosa que nos costó ser execrados como leprosos.
A las 6:30 am estaba acompañando a mi amiga Iraida Villasmil en URBE TV donde iba a ser entrevistas, y cerca de las 9:00 am (creo), el enterrador designado, Manuel Rosales nos mandó a quedar quietos con una frase celebre “perdimos”.
Después de 19 años haciendo lo mismo, votando y perdiendo, en las urnas o con decretos post-mortem, algunos insisten en la salida electoral por una simple razón… es su negocio.
Esos candidatos a todo tienen sus negocios montados alrededor de los procesos electorales; piden dinero, compran opiniones, compran espacios, franelas, gorras y otras cosas (como casas), y de eso siempre queda algo. Sus opinadores de oficio reciben suculentos beneficios por decir lo que se les paga para decir…
Algunos tarados creen que los venezolanos somos retardados mentales.
Yo vivì el 2014, 2016 y el 2017… en la calle. Acompañando a la gente en las protestas, ayudando incluso a organizar algunas; durante esos años dicte montones de talleres y entrené a cientos de activistas No Violentos.
Con el advenimiento de las Redes Sociales, pude monitorear las protestas en tiempo real desde donde estaba.
Yo vi muchachos humildes, con chancletas y flacos del hambre trancando calles con muchachos de clase media, todos muchachos. En esas protestas la solidaridad, el compromiso y la valentía de nuestra juventud fue la que puso en jaque al dictador -para que seis traidores nos vendieran- los mismos que nos han engañado por décadas diciendo que la salida es DEMOCRÁTICA, CONSTITUCIONAL, PACIFICA Y ELECTORAL.
¡Electoral una mierda!
La Salida es la calle, a lo único que le teme la dictadura y los seis traidores que nos vendieron, pues es ahí donde ellos no pueden controlarlo todo, es ahí donde sus negocios se caen y la dictadura execra sus heces sin aviso.
Yo no vi espejismos, viví la calle, con la gente valiente, con nuestros muchachos dando la cara y algunos de nosotros dirigiendo y todos arriesgando el pellejo por una causa… “Venezuela”.
El problema de la calle… organizarla de nuevo, pensando en una lucha inteligente que haga poco eficiente la represión. La Guarimba es solo una forma de protesta, válida, pero requiere de más, requiere de un plan, una visión de país y un liderazgo comprometido con #LaSalida de Maduro el Dictador.
Alexander Acosta GuerraActivista No Violento y
Miembro de Alianza Bravo Pueblo Zulia – en el Exilio
Barranquilla, 16 de julio de 2018
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