El Autobusero Sociópata y
el falso dios innombrable (el-que-no-debe-ser-nombrado) te dijeron hasta más no
poder que los oligarcas y el imperio son los responsables de que tu no tengas
comida en tu mesa, o que no haya comida en los abastos del barrio, en el
supermercado o, la más reciente, que no te llegue la bolsa clap.
Bolsa, brinca la frontera
y acércate a Cúcuta, a Maicao, a Boa Vista, a Aruba e incluso a la más pequeña
Bonaire, y te darás cuenta que sus supermercados y abastos están llenos de
productos de todo el mundo… Allá no hay hambre, la gente no se muere por no conseguir
medicinas… Allá, al cruzar la frontera, solo pasando la raya, sientes como si
el mundo fuera otro, sientes algo que púlala en aire y en ti, se llama
sensación de LIBERTAD.
Pendejo te quieren pobre y
hambriento para controlarte con una bolsa de comida al mes, si es que te
censas, mientras que quienes te someten, te echan el cuento del imperio y la burguesía
montados en una camioneta que cuesta lo que cuestan todas las casas del barrio (terreno incluido).
Pendejo, te dejaste engañar
y te vendiste por comida, no porque no sepas trabajar, sino por miedo.
Qué le vas a decir a tus
hijos, que ya están tan flacos que puedes ver la luz a través de ellos, que le
recen a el-que-no-debe-ser-nombrado; seguro desde el infierno te va a mandar una
autorización para el despacho de una bolsa clap… previo pago de 10.500 bolos (en el Zulia).
No hay peor ciego que el
que no quiere ver… Jódete, yo sigo luchando.
¡En
Dios Confío!
Alexander
Acosta Guerra
Siendo las 9:23 am de un
jueves 9 de marzo de 2016
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