PRIMERO QUE TODO, YO APUESTO POR LA LIBERTAD DE ELECCIÓN
No se trata de las gaseosas y sus efectos positivos o negativos. Se trata de la libertad de elegir lo que tu desees consumir que sea de libre venta.
Si tú quieres cuidar tu salud y aislarte del mundo moderno, respirar aire triple purificado y agua de los Alpes, excelente, pero de ahí a buscar prohibir las gaseosas, porque te crees con derecho a imponer tu visión del mundo, eso si no. Eso es abuso.
La industria de Gaseosas genera miles, cuidado sino millones de empleos, solo en Colombia. Están presentes en cada tienda, supermercado, hipermercado, en cada farmacia que existe, están en todas partes. Sus redes de distribución son de las más eficientes no solo de Colombia, sino en el Mundo.
El volumen de dinero que mueven dentro de la economía formal, esa que genera impuestos y paga los sueldos de los funcionarios estatales que crean leyes innecesarias, es inmenso.
La industria de las gaseosas da empleos a quienes la producen, a quienes la distribuyen, esos camiones inmensos que recorren todos los espacios de territorio de Colombia; da empleos a quienes la venden, y la venden a montones; da empleos a quienes producen sus materias primas, entre ellos esos inmensos cañaverales que producen el azúcar que se usa en su producción; o las inmensas praderas donde se siembra maíz, o a la empresa que produce llantas para vehículos de todo tipo, o a la empresa que produce las máquinas de embotellados, o a la empresa que produce productos de mercadeo (uno de los más efectivos a nivel global), y un largo etcétera. La cadena de gente involucrada en el negocio de la gaseosa hace posible que tu puedas ir a cualquier parte de Colombia, abras un refrigerador, tomes una gaseosa, la destapes y la disfrutes ahí mismo, incluso antes de pagarla. Estas mismas empresas producen agua embotellada en decenas de presentaciones.
Imagina estar a la dos de la tarde luego de un partido de futbol, o a la misma hora en una obra de construcción con 40 grados de sensación térmica. En esa situación la gente hace colectas y van y compran gaseosas, no agua. La gaseosa, igual que la cerveza, son un buen elemento para producir reuniones entre personas con gustos, hobbies o costumbres comunes. Favorecen nuestra empatía.
Ir en contra de la industria de la gaseosa usando falsamente el tema de la salud, es atentar en contra de miles, cuidado sino millones, de familias que viven de ello. Quien les va a dar empleo cuando por carga impositiva fiscal o Ley, el negocio de las gaseosas cierre.
Hay formas de llevar a un pueblo a la depauperación y una de ellas es mediante el control absoluto progresivo mediante el establecimiento de leyes ridículas a ser obedecidas, creadas por mediocres que siguen agendas que no te representan, como el que quieren imponer algunos al querer quitarte la libertad de consumir la gaseosa que tu desees, a la hora que tu desees, en el sitio que tu desees, para proteger tu salud según una minoría miserable que sigue la misma agenda de los que legislan leyes estúpidas, que ayudan a pagar sus onerosas vidas.
La pregunta es ¿Quién financia la campaña en contra de las gaseosas?
La campaña en contra de la industria de las gaseosas debería ser considerado un crimen, pues pone en riesgo miles de empleos directos, millones de empleos indirectos, y con ello llevaría a la pobreza a miles de familias, cuidado sino millones de familias, por las cuales esa agenda no responderá.
Ya basta de permitir que las minorías escandalosas representantes de agendas foráneas que no representan a la gente se impongan sobre las mayorías silentes.
Las empresas productoras de gaseosas deberían plantearse respuestas que vayan dos pasos delante de esas agendas y sus títeres. Y en apoyo a esos esfuerzos, los sindicatos de las empresas de gaseosas deberían empezar a responder con más interés a esas agresiones, que los dejarán sin gente a quien representar y sin cargos o empleos.
Los que desarrolla las campañas para eliminar las gaseosas trabajan para los tipos que tienen por agenda legalizar las drogas. Entonces, darte “un pase” es bueno según ellos, pero tomarte una gaseosa con hielo es malo. ¡La Policía del Pensamiento pues!
El silencio de las mayorías solo hará que estas agendas avancen sin restricción alguna, limitando cada día más tus libertades.
A la mierda la agenda en contra de las gaseosas.
Yo solo cambio una Coca~Cola con hielo bajo el sol de Barranquilla
por una cerveza bien fría.
¡EN DIOS CONFÍO!
Alexander Acosta Guerra
Activista No Violente venezolano en el exilio.
Barranquilla, 4 de agosto de 2024, siendo las 18:25
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