El chavismo se instaló en el Poder en Venezuela un 2 de febrero de 1999, luego de aquel fatídico 6 de diciembre de 1998, en el que el pueblo de Venezuela votó con el hígado desbordado y no con el cerebro.
De eso hace ya 25 años.
Antes de llegar el chavismo al Poder, las élites políticas y económicas, todas instaladas en Caracas, acordaron con el chavismo la entrega de Venezuela a la administración cubana, representada en ese entonces por Fidel Castro. Eso permitiría su explotación y expoliación sin las limitantes fijadas por las leyes en Venezuela.
Una vez acordado el plan de acción, era necesario reestructurar el Poder, remover a personas incómodas y no comprometidas, y colocar a personas nuevas.
El objetivo principal, pues todos eran y son socialistas, era lograr en la población el quiebre, que es la etapa en el proceso de instauración del comunismo qué rompe de manera definitiva con los modelos anteriores e implementa el nuevo modelo, obligando a quienes no están alineados a someterse, huir o morir.
Los procesos implementados en otros países en el Siglo XX, Cuba, China, Rusia (U. R. S. S.), Vietnam, Corea del Norte, entre algunos, siempre produjeron matanzas y Genocidios, debidamente edulcorados por la propaganda roja. Se estiman más de 100 millones de muertos producto de estas purgas.
Pero hacer eso en Venezuela ocasionaria algún tipo de respuestas que podría obligar a una salida del chavismo. Y considerando que los venezolanos respondimos con protestas prontamente a todos los planes del chavismo, dificultando su avance, eso complicaba el escenario.
Muchas veces paramos el país.
Sin embargo, a pesar del inmenso esfuerzo y el incalculable costo, nuestras protestas nunca llegaron a lograr los objetivos planteados, en esencia, salir del chavismo y reconstruir la República.
La razón, la casta política venezolana, toda de izquierda, estaba alineada desde antes de la llegada de Chávez al Poder. Todos acordaron canibalizar al país, en beneficio propio, mientras se preparaba su entrega a los capitales internacionales interesados en implementar la agenda 2030, que es conocida hoy en día, pero que viene trabajandose desde los años 60 del siglo pasado.
Claro, para que las cosas funcionarán acorde al plan, se requería construir una oposición alineada ideológica y políticamente con el chavismo, que pudiera canalizar las energías de cambio, devenidas en protestas y siempre llevarlas a su fracaso.
Exagero, miren quienes eran los miembros relevantes de la Coordinadora Democrática, y analicen sus perfiles, declaraciones, actuaciones, grupos o partidos, sus familias y amigos antes del 6 de diciembre de 1998. Son los mismos que hoy te piden tu voto a favor de un viejo embajador chavista, sin energías ni propuestas, cuya campaña es dirigida por una mujer valiente, que se alió a los mismos de siempre.
Tenemos 25 años haciendo lo mismo. De esos 25 años yo estuve en la calle 19. Apoyé a muchos de esos individuos, trabajé y colaboré en muchas campañas, sin nunca haber creído en la salida electoral.
A Venezuela la necesitan por sus recursos y ubicación geo-estratégica. El pueblo de Venezuela es prescindible para esos intereses, y luego de todos las estupideces cometidas por el interinato de Guaido y su opera bufa dirigida por el egolatra de Leopold o López, para esos intereses, Maduro representa la opción, no la alternativa.
El petróleo de Venezuela debe seguir saliendo, igual que el gas, el oro, el hierro, el aluminio. Que las fábricas qué los producen están paradas, no importa, ya vendrá alguien dispuesto a invertir en un pais en el que la mano de obra es barata y abundante.
25 años haciendo lo mismo, con las mismas estrategias y los mismos actores, pero ahora sí, si votamos, ganamos. El chiste se cuenta solo.
Creo que era Albert Einstein que decía "no puedes obtener resultados diferentes si siempre haces los mismo".
¡EN DIOS CONFÍO!
Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento venezolano - en el exilio.
Barranquilla, 19 de julio de 2024 siendo las 15:32
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