El Poder no se cede en buena Lid,
el Poder debe ser tomado.
Las verdaderas transiciones del Poder siempre han sido precedidas por largas luchas fratricidas, en las que el Poder, que no es más que la capacidad de controlar a otros, ha intentado contener a quienes no desean ser controlados por este.
El Poder es una de las cosas menos humanas que existe, pero es una de las que más nos define.
No existe humanidad en el ejercicio del Poder, solo existen INTERESES. Quienes ejercen el Poder, solo buscan la manera de seguir ejerciéndolo a costa de la vida de los demás, pues los demás son solo instrumentos desechables.
El experimento de la democracia, ya muerta, demuestra que ante su debilidad, la debilidad de la democracia, disfrazada de Institucionalidad, el uso constante de la fuerza, terminaría sometiéndola. En todos los países en donde se perdonaron los delitos cometidos por los izquierdistas revolucionarios, estos delincuentes o sus descendientes gobiernan.
Solo bastaba que un delincuente de izquierda fuera hijo, primo, hermano, amigo o amante de algún miembro del gobierno, para que entonces la ciega justicia picara su ojo izquierdo y liberara al delincuente. Ante esa debilidad, la cacareada “democracia”, que no era más que una ramera, terminó cavando su propia tumba.
Curioso como soy de la historia, he ido atando algunos cabos, y la constante es esa, el Poder no se cede; cuando tú piensas que alguien ha cedido el Poder, ese alguien ha tenido que abandonarlo, y es la palabra correcta, pues su relación con este se ha visto comprometida, y lo que está en riesgo por ende, es su cabeza. Se va con lo robado y ya. Si no es amenaza para sus enemigos, los nuevos dueños del Poder, podrá vivir en otra parte, sino, sus días están contados.
La difunta democracia nos hizo pensar que el Poder podía ser alternado de manera ordenada y civilizada, pero ese orden impuso condiciones para atender a los bárbaros y delincuentes, que debían ser respetadas por los demócratas, pero no por los delincuentes, quienes luego de sus atrocidades terminaron siendo aceptados al redil democrático sin ser demócratas, y ahí fue donde de nuevo la fuerza se impuso.
En los países donde hubo transiciones de dictaduras o tiranías a democracias, estas fueron precedidas por violencia; quienes medraban a las sombras del Poder, por propio interés (empezando por el interés de permanecer vivos), decidieron negociar con quienes aspiraban al Poder, con lo que la base de sustentación del mismo, terminó siendo socavada. O sencillamente el uso de la violencia terminó por socavar las estructuras del Poder. El viejo dueño del Poder huye o muere, y los nuevos poderosos toman el control. La sangre y los sacrificios son puestos normalmente por la gente común, aunque todas las glorias se las lleven los nuevos dueños del Poder.
La No Violencia como forma de lucha política se populariza a mediados del siglo pasado, como una forma de respuesta más humana ante el uso indiscriminado de la Violencia. Las estructuras creadas mediante los movimientos no violentos permitían debilitar a las bases del Poder, pues el uso de la violencia terminaba socavando las estructuras del mismo. La transición se producía como respuesta del desgaste de las estructuras del Poder, al quedar debilitadas por sus excesos, que producían como consecuencia los cambios de bandos de actores específicos, y como castillos de naipes, con un soplido el Poder cambiaba de manos.
Definitivamente, para poder llegar a aspirar al verdadero Poder, se requiere entender la naturaleza anti-humana del mismo, y asumirla, para ir paulatinamente, mediante el desarrollo de un Plan, ocupando los espacios necesarios para socavar la estructura vigente, hacer que esta colapse, y luego, tomar el control. En esta propuesta, solo hay intereses e interesados.
La visión humanista del Poder no es más que una imagen edulcorada del mismo.
Por ahora, nos tocará prepararnos para luchar en otros momentos y de otras formas, requiriendo para ello desplazar a quienes dicen representarnos de sus espacios.
¡EN DIOS CONFÍO!
Alexander Acosta Guerra
Activista político venezolano en el exilio.
Barranquilla, 18 de octubre de 2023
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