Yo empecé a participar en política cuando tenía 28 años. Siempre me consideré un adeco de corazón, hasta el 2018 cuando entendí que debía romper con cualquier ideología de izquierda, y mirar hacia la “temida derecha”. En 2021, con mi salida del partido la ruptura fue definitiva. No soy derechista de nacimiento, de hecho, casi toda mi vida fui social demócrata.
Cuando en 1998 empecé a participar en algunos eventos políticos, pues para mí la política se reducía a votar cada cinco años, lo hice al entender la amenaza a la que nos enfrentábamos, disfrazada de candidato en ese momento. Me gané muchos enemigos, pues de ser un hombre callado e incluso tímido, pasé a ser un activista anti-chavista y radical.
Por alguna razón, que se deriva de mi estudio de nazismo a través de la lectura, logré entender al chavismo desde sus inicios como propuesta política, y siendo una amenaza tan inmediata, me vi motivado a participar, a actuar.
Desde que inicié esta participación, pude identificar algunos nombres y hombres, cuyo actuar ha sido prolongado, errado y políticamente muy cuestionado.
Inicialmente llegué a considerar que el chavismo solo podía ser desalojado a través de la fuerza, pero en Venezuela, ni siquiera los militares mismos tomaron nunca en serio una salida de fuerza, y como ejemplo tenemos el 11 de abril de 2002, donde una protesta masiva lleva a la caída del gobierno de Chávez, y por la carencia de una visión estratégica, termina regresando Chávez cuarenta y ocho horas después de su paseo a la Orchila. Esos eventos revistieron una increíble complejidad, por los que los resumo tan burdamente. Una hermosa oportunidad perdida o una operación del chavismo. No sé.
Luego de algún tiempo, un gran amigo que vio mi disposición a participar de manera abierta y desinteresada (pues nunca busque cargos o algo por el estilo); me invitó a participar en un Seminario de No Violencia en mayo de 2003, si mal no recuerdo. En ese momento mantenía un activismo político participando en algunos grupos.
Eso cambió mi vida. Me enfocó y me permitió desarrollar una Lucha Política más humana e inteligente. Me convertí en Activista No Violento desde el primer día. La lógica de la No Violencia con visión estratégica, es brillante; pero hablo de la No Violencia aplicada con inteligencia, no de esa no violencia deformada por los activistas climáticos en parodias ridículas y trancones recurrentes.
Cuando participé en ese Seminario de No Violencia, ya en Venezuela habíamos pasado por escenarios de lucha política fuerte, incluidas las protestas de 2001 en contra de un conjunto de leyes que atacaban la propiedad privada y la tenencia de las tierras, que motivaron la movilización del sector del Agro en el Zulia y a nivel nacional; sumado a las protestas petroleras entre 1999 y 2000, la movilización en contra de la Constituyente y los eventos de Abril de 2002. La ciudadanía en cierta manera se había motivado a participar en política, pues la mayoría, igual que yo, podían entender la amenaza que representaba el chavismo.
UN SALTO AL VACIO
Cuando Chávez jura por la moribunda, la dirigencia política venezolana de “oposición” se vio apabullada, se sintió abrumada, y eso llevó a la conformación de nuevas alianzas, todas de esencia zurda, todas integradas por la dirigencia política venida a menos ante su decadencia y como consecuencia del discurso y actuar chavista.
Luego de algún tiempo, no mucho, se pudo percibir, que no importa las victorias obtenidas, estas siempre derivaban en derrotas. Nuestra dirigencia nunca nos llevó a una victoria real. Abril del 2002 es una demostración tangible (insisto); en un escenario hipercomplejo, los viejos dirigentes actuaron como siempre, en conciliábulos pequeños, protegiendo sus pequeños espacios y sus recursos, sin entender la naturaleza del enemigo. Al final, el 13 de abril de 2002, el enemigo regresa a Miraflores triunfante, y nosotros con un montón de muertos, presos y perseguidos.
SIEMPRE LOS MISMOS
Cuando vemos la estructura corporativa de los diversos entes coordinadores de la oposición venezolana, siempre vemos a los mismos actores, rodeados por los mismos círculos de aduladores (periodistas, falsos intelectuales, rectores cretinos de universidades, opinadores de oficio, actores, viejos directores de instituciones, payasos, encuestadores).
Recuerdo que el primer ente coordinador se llamó “Coordinadora Democrática”. Yo tuve la oportunidad de participar en algunas de sus reuniones como invitado, sin derecho a voto y preferiblemente sin derecho a voz.
Las discusiones, cuando las proyecto en el tiempo, es como si se hubieran congelado. Los términos de las mismas, los acuerdos, las resoluciones, las propuestas… Tenemos más de veinte años siendo dirigidos por los mismos individuos, que van brincando de una derrota a otra, sin pagar ningún precio y enriqueciéndose groseramente en cada etapa.
Cuando tienes un líder o dirigente cuyos resultados son deficientes, cuyos logros son nulos, cuyos discursos son divergentes, inconclusos, e incluso, incoherentes, lo lógico es solicitarle su retiro. “Mire mijo, usted no sirve pa’esto; vaya a ver qué hace”.
Es absolutamente increíble, que nuestra “dirigencia política”, a pesar de todos sus errores, traiciones, acuerdos fallidos, siga siendo la misma. Entiendo la naturaleza del Poder, pero es absurdo que un dirigente que nos ha llevado de una derrota a otra, a otra y a otra, siga en el Poder. Eso habla muy mal de nosotros como personas.
Tenemos más de dos décadas siendo dirigidos por fracasados, pues sus propuestas en base a las exigencias de la gente han sido el desalojo del chavismo del Poder, y nunca lo han logrado. Negocian con él, se enriquecen con él, pero no lo derrotan, no lo desplazan. Sus acuerdos, negociaciones y propuestas, las de esa dirigencia fracasada, han hecho más fuerte al chavismo.
No hay visión de grandeza, no hay aspiración por el Poder como herramienta de transformación, solo necesidad de lucro; en el fondo, esa dirigencia no es más que un conciliábulo de prostitutas y traidores.
En cualquier país del mundo (antes del quiebre psicológico producido por el efecto pandémico del Virus Chino), ninguno de esos individuos podría salir a la calle y dar la cara.
Tenemos casos patéticos; un diputado putañero que se va de farra con un primo y unas putas a celebrar en un motel, con un poco de plata recaudada en un evento político. Su primo muere en el motel; a él ni una nalgada se le dio; no hubo un castigo adecuado, no hubo una reprimenda, no hubo acciones correctivas. De hecho lo nombraron candidato para una gobernación y ahora también es candidato a las primarias “opositoras”.
Un diputado que hizo las veces de presidente interino, con el apoyo de medio mundo, que asumió el papel de payaso, y al final tuvo que “huir” al Imperio, de cuyo Poder Militar se burló; bueno, es solo un payaso, muy de moda hoy en día.
Directivos de partidos que participan en mesas de negociación, a las que nadie los nominó, salvo el chavismo, con el que siempre se bajan los pantalones, después de abrir sus bolsillos.
Delegados Humanitarios que viajan por el mundo hablando sobre nuestra crisis, pero que nunca han entregado, ni gestionado las ayudas para las cuales fueron “designados”; claro, este es otro tema, pues esas ayudas no son más que dinero lavado a través de ONG y personalidades; con suerte el 10% de lo recibido pueda convertirse en algunas bolsas de comidas a entregar a personas hiper censadas.
Viejas personalidades, con sus currículos siempre a la vista, disertando hoy a favor y mañana en contra, usando los mismos argumentos, sin importar el contexto.
Con un equipo de “generales” así, jamás veremos a Venezuela renacer.
Se requiere una renovación sustancial de las bases y su dirigencia, un plan con enfoque abierto en lo internacional, como elemento transformador, y en nuestras riquezas y potencialidades como oferta. Desconectado de ciertas agendas, cuyos promotores son felices de negociar con tiranos, como la falsa agenda climática.-
Al contrastar la realidad y los discursos o la propaganda, la nueva dirigencia debe ser frontal, directa, sin tapujos; eso conocido como “buenismo político” o eso de ser “políticamente correcto” debe desaparecer. Contra un enemigo sin límites, no se pueden imponer límites a tu propio proceder.
Tampoco podemos seguir avalando una Dirigencia sin Límites, en el tiempo, deficiente, decadente, fracasada (simple el chavismo sigue ahí). Esa dirigencia debe ser desplazada, toda. Ya tuvieron su oportunidad y cientos de veces fracasaron.
A los generales fracasados no se les invita ni a tomar café.
¡EN DIOS CONFÍO!
Alexander Acosta Guerra
Activista político venezolano en el exilio.
Barranquilla, 28 de septiembre de 2023
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