Venezuela es un país que se quedó sin referentes, creo que no es la primera vez que lo menciono.
Sus viejas castas entraron más rápido en decadencia, que en obsolescencia. Eso incluye todos los espacios; los empresarios, los ilustrados (todos vendidos como meretrices), los políticos (ni hablar), los medios de comunicación (cómplices en todo, incluso en su propia persecución), los artistas (patéticos), los académicos, etc.
Todo el esquema de valores que nos enseñaron nuestros padres, que fueron educados por nuestros abuelos, fue desechado con prontitud, pues ante la realidad impuesta, es mejor abrir las piernas y pelar las nalgas, que pelear.
Desde hace un buen tiempo, el régimen de Nicolás Maduro ha venido suavizando su imagen, mediante una muy costosa y refinada campaña, que ha contado con el apoyo no gratuito de muchos que antes se decían sentirse asqueados. Nicolás, un hombre sin mucha cultura, ha demostrado ser suficientemente paciente, y mucho más inteligente que el promedio, incluso, de ese promedio egresado de nuestras gloriosas universidades, que han sido el verdadero útero de nuestras desgracias.
De la juventud venezolana no vale la pena ni hablar. Si de esa juventud depende el destino de Venezuela y los venezolanos, habrá entonces que buscar otros destinos para nuestra existencia (como millones lo hemos hecho). La dirigencia juvenil se prostituyó políticamente antes de saber siquiera hablar bien, de hecho, muchos no saben ni hablar, pero saben ponerle precio a sus “labores”.
Aquí hago un inciso. Hablo de la juventud que se vendió, representada por los Stalins y los Guevaras; de ella excluyo a los muchachos que con valor y determinación lucharon en las calles, en las cuales cientos murieron; hablo de los muchachos de la resistencia, muchos de los cuales hoy ya no viven en Venezuela.
Tenemos más de veinte años acudiendo a eventos electoreros, y tenemos más de veinte años siendo estafados, por tirios y troyanos. Es el cuento de nunca acabar; en las anteriores no, en estas sí. Y seguimos en lo mismo.
Quienes deberían ser referentes morales y políticos, casi en su totalidad se han vendido. Así que, esperan las declaraciones de sus jefes, y luego ajustan sus “refinados” discursos, edulcorados y muy educados a la situación.
La prostituta o el prostituto pueden leer y entender a Platón, pero igual vende su cuerpo.
Por ahora, Nicolás va ganando, y nosotros sin plan, sin dirigencia y sin recursos (los que de verdad queremos una salida adecuada para Venezuela y los venezolanos).
Hasta el momento nadie ha sido capaz de sentarse a negociar con quienes solo quieren nuestros recursos, salvo el antiimperialista tozudo y poco educado Nicolás. Eso habla muy mal de nosotros, y sin referentes políticos o morales, ¡sálvese quien pueda!
Por otro lado, algunos creen que existe una especie de derecho subyacente derivado de sus nobles ancestros, que les permite negociarnos a todos como ovejas, mientras ellos reptan en las instancias del Poder.
Para cerrar, en los tiempos más oscuros de la 2do Guerra Mundial, la Guerra Global precedente a la que están “fabricando”, cuando todos daban por contada la Victoria de Hitler, algunos no amantes de los acuerdos y la falsa paz, creyeron en sí mismos, e hicieron un Gran Esfuerzo. Hitler fue derrotado a un increíble costo, pero quienes lo derrotaron entendieron el contexto y las necesidades inherentes, y muy por encima de sus particulares percepciones, atendieron las alianzas requeridas, con un plan definido, con un liderazgo claro y mucha determinación.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista Político y exiliado venezolano.
Barranquilla 29 de noviembre de 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario