jueves, 9 de junio de 2016

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Durante las grandes guerras, los bandos en pugna eran muy cuidadosos con la información que se hacía pública, y por ello establecían esquemas de restricción y censura muy severos, para evitar emitir mensajes contraproducentes hacia sus ciudadanos y favorables al enemigo.

No con esto quiero decir que la censura es buena, pues la censura en su esencia es la limitación de la divulgación del pensamiento humano, y por ende es terriblemente mala, sin embargo, en condiciones específicas, la sindéresis debe hacer las veces de censor, para evitar la promulgación de informaciones falsas que se manejan como propaganda política.

En la #Venezuela que vivo, el régimen que nos gobierna tiene como propagandistas de la mentira a un conjunto de imberbes mediocres. Bueno, los regímenes dictatoriales son así, se inventan sus mentiras, las hacen propaganda y las difunden.

El problema para lo que planteo, no es lo que el régimen maneja como propaganda, aunque en esencia sí lo es, el problema es lo que hacen los medios libres y la oposición con esa “información” cuyo objeto es desinformar.

Si yo escucho a alguien que miente de manera descarada y divulgo la mentira, actuando como buen chismoso, en política hago dos cosas; uno, le doy protagonismo innecesario a alguien que no lo merece; dos, la peor, hago el efecto de divulgador y propagandista de las mentiras del tirano y sus lacayos.

La mentira tiene patas cortas y lengua largo alcance.

Debemos aprender a no divulgar las mentiras del régimen, para no hacer las veces de propagandistas del terror. Cuando un mediocre propagandista del régimen salga diciendo cualquier sandez, solo puede haber dos cursos de acción, la réplica airada o el silencio.

Es preferible decir “otra vez el inculto imberbe de carroña salió con uno de sus cuentos de camino”, sin mencionar de manera alguna lo dicho por el imberbe, a que decir “carroña declaró que la tierra es cuadrada, y que la oposición lo sabe y ya compró uno de sus lados”.

A los Medios de Comunicación digitales, escritos, radiales y audiovisuales, sé que por cuestiones de sobrevivencia han tenido que auto-censurarse muchos de ustedes, eso es entendible. Lo que no es entendible es que sirvan de cajas de resonancia de las mentiras del régimen, pues eso los reduce a vulgares propagandistas del odio. Hagan caso omiso a las sandeces, y enfóquense en lo que deben enfocarse, la realidad y la forma como la percibimos.

QUE DIOS BENDIGA A VENEZUELA.

Alexander Acosta Guerra
Siendo las 10:51 am de un miércoles 8 de junio de 2016

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