lunes, 21 de marzo de 2016

EL EJERCICIO DE LA TIRANIA

Desconozco si el Código Orgánico Procesal Penal Venezolano de alguna manera define o castiga el Ejercicio de la Tiranía, me imagino que no, pero creo conveniente que los doctores en Leyes y nuestros Constitucionalistas, de no ser así, comiencen a discutir la inclusión de este delito como el más grave de todos los delitos, y deben pedir como castigo para este, la máxima pena que a un ser humano puede dársele.

Para ello habría que enmendar nuestra violada Constitución, no para reafirmar los ideales positivistas de los estudiosos del Derecho, sino para ajustarla a los tiempos modernos, donde los delitos cada vez son más graves.

En la Venezuela de hoy, a un ciudadano como Leopoldo López, que convoca a una manifestación pacifica como medio de protesta se le acusa sin pruebas y se condena a catorce y pico de años de prisión. Al Alcalde Ledezma, por comentarios, grabaciones y un poco de pruebas forjadas, se le quiere condenar a más de veinte años de prisión. Pero tenemos diputados que están señalados por estar inmersos en delitos de narcotráfico, y nadie los toca… ¿por qué?

La Tiranía es el ejercicio despótico del poder que busca someter a los ciudadanos a los designios particulares de un individuo o grupo de individuos, sin hacer caso alguno al ordenamiento legal, sin respetar los Derechos Humanos, Civiles y Políticos. Los Tiranos por consiguiente son delincuentes, pero delincuentes con poder, y con apoyo de las Instituciones.

La Tiranía no solo se ejerce desde lo más alto del poder. Se ejerce desde lo minúsculo, al amparo de ese poder. Se ejerce cuando un policía o un guardia, o un efectivo militar retiene un camión cargado de productos, por que la factura tiene una mancha de café, o por que no entiende cual es su destino, o por que la guía de traslado no está ajustada a la normativa vigente, que nadie conoce, pues fue publicada quince minutos antes, o por que le da la gana.

La Tiranía también se ejerce cuando un Alcalde cabrón cierra todos los supermercados operativos en el Municipio que gobierna, y decomisa todos los productos básicos para reasignarlos a entes para-estatales carentes de legitimidad, con el objeto que estos “los distribuyan” … o se los distribuyan.

La Tiranía también se ejerce cuando un funcionario militar de alto rango firma un decreto autorizando lo que expresamente la Constitución prohíbe. Pero también se ejerce cuando un funcionario supeditado a las órdenes de este funcionario, obedece esa orden.

El Ejercicio de la Tiranía es un delito grave, y debe ser calificado como tal, pues el alcance del efecto nocivo de su ejercicio es tan grande como Venezuela, o el Mundo entero.

Los petrodólares venezolanos han comprado conciencias y propiedades en todo el mundo. Si esos petrodólares no hubiesen sido administrados por un Tirano, las Instituciones Venezolanos hubieran podido poner coto ante tanto abuso.

Hoy, el Tirano y sus lacayos nos piden esfuerzos supremos para adaptarnos a los tiempos que corren, donde las limitaciones al ciudadano son insoportables, pero no nos dan respuesta por los miles de millones de dólares de las Arcas Venezolanas desviados a cuentas particulares asociados con actos de corrupción, Traición a la Patria, Injerencia ilegal en países extranjeros, pagos de campañas en el exterior, pagos a asesores-parásitos, y pare Usted de contar.

Si en Venezuela el ejercicio de la Tiranía fuera un delito tipificado con pena grave, un juez cualquiera, podría por noticia-criminis enjuiciar a un funcionario delincuente.

Recuerdo las imágenes de Hussein en su balcón y en su cadalso, recuerdo las imágenes de Hitler en un atrio y de un cadáver humeante, recuerdo las imágenes de Chauchesco y su esposa en su balcón (que como que es un estándar tiránico) y sus mismas imágenes frente a un pelotón, recuerdo las imágenes de un Gadafi desencajado amenazando a millones y de un Gadafi lloriqueando ante su ejecutor.

Los pueblos constituidos por ciudadanos concientes debemos aprender el ejercicio temprano de la Justicia amparada en la Ley, como una necesidad humana indispensable para la natural cohexistencia pacifica. La desviación de este objetivo nos ha llevado a situaciones que terminan degradando nuestra condición humana a bosquejos primitivos de hombres, que nos obligan a retroceder decenios, centurias en un nuestro proceso evolutivo.

El ejercicio de la ciudadanía siempre termina acabando con la Tiranía y sus Tiranos, sin embargo, el costo humano en el intermedio es demasiado elevado.

Cuando la calificación de Tirano sea un Delito Internacional tipificado como grave, pendejos con poder no podrán comprar villas en la campiña francesa, ropa en tiendas en Miami, yates o aviones, pues la venta a delincuentes de esos bienes, sería tipificado como un delito también. Los tiranos morirían de mengua en el encierro obligado de no poder viajar o disfrutar de su indebido poder.

Las Tiranías las ejercen los Tiranos, y sus lacayos… Pero ellos nunca serán más que los pueblos a los que oprimen. Es cuestión de números, y los números en política sí cuentan.

QUE DIOS BENDIGA A VENEZUELA.

Alexander Acosta Guerra

Siendo las 15:31 del 20 de marzo de 2016, un Domingo de Ramos

No hay comentarios:

Publicar un comentario