No
votemos por odio, qué cuando el odio gana, hace de las suyas, y nos vemos todos
afectados.
Antes
de votar, investiguen, lean y escuchen las experiencias de otros, qué las
apariencias no sean el desenlace de nuestras decisiones, no tomemos el camino
de errores de otros; el comunismo, miente y engaña, y nos guía a creer que esta es la solución al problema, pero la
solución no es esta, caemos en la telaraña de mentiras creadas por los
políticos, sin entender qué el comunismo, destruye todo a su paso, hogares,
familias, amistades, la economía, la cultura y la sociedad; y si de verdad no
me creen, pregúntele a los cubanos, a los venezolanos, a los vietnamitas, a los
nor-coreanos o a los chinos, pregúnteles cuantas familias se vieron dividas por
la dictadura, pregúntele qué tan doloroso fue dejar sus hogares, escuelas,
familias, amigos para empezar de cero, en un nuevo lugar donde no se tiene
nada, donde tendrás qué adaptarte a la cultura, y aguantar con lo que tienes y
lo poco qué logras obtener.
No
se engañen a sí mismos, el qué promete y no cumple, no es eficaz.
Tengan
en cuenta que su decisión afectará a las generaciones siguientes.
Votemos
por la educación y los valores, por la eficacia y el esfuerzo, no votemos por
quienes vulneraron derechos, y quebrantaron la ley por gusto propio; no
permitamos que salgan impunes más de los que ya lo lograron, que sean
castigados por sus crímenes, no los pongamos en el poder; que un psicópata, sádico
y asesino, nunca cambiara.
Carta escrita por mi hija de 17 años a los colombianos, para que en medio de este momento, no cometan el mismo error que cometieron los venezolanos, y digo cometieron, pues yo nunca voté por el chavismo.
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