A 60 años de aquel 23 de enero.
Aquellos que nos
vendieron por treinta monedas, hoy andan intensos queriendo cumplir con las
exigencias de sus amos, que los han puesto a validarse de nuevo, para
someterlos a humillación y escarnio, esperando que con su fétido verbo
arrastren a millones por el sendero de la traición, el hambre, la guerra y la
muerte.
LA
MUD ESTA KAPUT, pero algunos insisten en exhibir su cadáver bailando merengue
como si todavía viviese.
Los que
secuestraron a la Unidad, cuatro pendejos más uno, ya cometida la traición,
esperan sumar a aquellos a quienes antes descartaron, pues según sus propias
palabras “no llenaban ni un Volskwagen”,
para juntos en comparsa abierta salir a “enfrentar” al tirano en su terreno y
bajo su estrategia. El objetivo no es ganar, el objetivo es cobrar lo que
acordaron en República Dominicana, trato que no ha podido cerrarse por falta de
apoyo. Siendo quince más que cinco, los cinco se vendieron y esperan que los
otros quince se vendan por menos de treinta (no es trabalenguas).
No es
tan complicado entender ni atender el problema venezolano.
Oscar Perez y sus seis valientes hicieron el máximo
sacrificio; regalaron sus vidas por una Causa Superior, Venezuela. Pero Venezuela no es esa imagen nostálgica vendida en
algunos espacios con prosas y cosas. Venezuela eres tú, soy yo, son tus hijos,
tus hermanos, tu esposa, tus padres, tus seres queridos. En ellos, en los suyos
pensaron Oscar Perez y sus seis valientes, en los suyos, que sumados a los
tuyos hacen que el sacrificio sea visto como una causa y no como una
consecuencia.
No es tan complicado.
Para atender el
problema venezolano debemos entender que somos más, y tenemos una fuerza
indoblegable que nos sostuvo cuatro meses en las calles, hasta que la traición
de Ramos Allup, Borges, Falcon, Rosales y Florido nos dejó huérfanos en la
dirección política.
Somos más, somos
mayoría, somos millones, y ellos tan solo unos cuantos. Ellos actúan con
crueldad y una absoluta falta de humanidad; mientras que nosotros nos
comportamos como individuos dentro de una masa, y no como ciudadanos
organizados. Nos atacan a destajo, para dividirnos y desmoralizarnos.
Nuestra sociedad
está conformada por grupos, asociaciones, iglesias, organizaciones… En todos
esos espacios el punto a discutir es el mismo, la crisis que nos está matando,
y que no tiene solución pues quien la provoca es el que la debería resolver.
Con
Maduro en el Poder,
y los cubanos mandando a través de él,
es
imposible resolver nada.
Asumamos la
mayoría. Los que vivimos en Venezuela debemos reencontrarnos, con un solo
objetivo: “Salir de la dictadura”. Pero esto no se logra con discursos
solamente. Requiere de nuestro compromiso, nuestra encuentro ciudadano, nuestra
determinación y nuestra entrega.
Yo lo veo fácil…
Prepararme para salir de dictadura, con inteligencia y conciencia de las complicaciones
inherentes, o huir al extranjero.
No lo veo tan
complicado. Si ya sabemos que la salida no es electoral (y nunca lo fue), pues
los tres últimos fraudes nos demuestran que la dictadura no cederá por esa vía,
entonces eliminemos la palabra “electoral” y sus derivaciones de todas nuestras
discusiones y evaluaciones, por ahora.
Preparémonos para la calle.
La macabra
estrategia del régimen de vieja data que nos dice “debemos ir a los barrios
para que sepamos la realidad que ahí se vive, para que nos curtamos de pueblo,
y nos conectemos con el soberano en su desgracia”, es una línea de acción que
busca llevarnos por un camino sin salida. Para que la gente de los barrios
pueda salir de la pobreza, requiere para ello que el Estado asuma su papel,
establezca las políticas macroeconómicas que fomenten el crecimiento de la
economía, y que genere confianza, para que los dineros y las inversiones
vuelvan y vayan a donde deben ir… Eso genera prosperidad, oportunidades de
negocios, nuevos empleos, que es lo que en el fondo puede terminar con la
pobreza… el trabajo.
El grupo
poblacional sobre el que debemos influir y trabajar son aquellos que no dependen
del día de labor para comer; los profesionales, los oficinistas, los técnicos,
los estudiantes, los gremios en general, la gente de clase media, pues su nivel de realidad les permite tener
una cierta holgura económica y operativa que el hombre o mujer del barrio no
tiene, pues sus limitaciones económicas no se lo permiten.
No requerimos para
lograr el objetivo mencionado 30 millones de venezolanos… Con el 3% o 4% de
esos treinta millones es suficiente (y los hemos movido).
No es tan difícil. Un
edificio no se empieza a construir sin poner orden en lo que se requiere hacer.
Pongamos orden.
Se requiere gente,
mucha gente. Debemos comenzar a contactar a todos los que por su perfil pueden
sumarse a la causa. Miles de cosas se pueden hacer… desde enviar un tweet,
pasando por una protesta con pancartas, o una marcha, una reunión, miles de cosas…
La diáspora
venezolana, que ya llega a los cuatro millones, debe hacer un doble sacrificio.
Deben preparar y profundizar las campañas de protesta en contra de los
defensores de la tiranía, en contra de quienes les hagan lobby y en contra de
las empresas que subsidian a la dictadura desde el exterior. Además, deben
establecer la forma de motorizar un flujo de dinero fresco constante para poder
sostener la lucha en Venezuela… Y no hablo de dinero para propagandas en medios
venezolanos, tv, prensa, radio o viajes de lujo para famosos “piquitos de oro”…
La nueva dirigencia
tiene la responsabilidad de analizar los escenarios, desarrollar una
estrategia, buscar los recursos (que son parte inherente de la estrategia),
preparar las líneas discursivas, las acciones y las directrices para los
diversos grupos y organizaciones, para que nos veamos motivados a actuar de
manera inteligente, disciplinada y ordenada.
El quid del asunto está en Organizarnos, para lo que primero debemos reconocernos de nuevo, reunirnos, recontactarnos, conversar. Esto nos lleva a conformar un nuevo conglomerado que nos reúna con el mismo fin... Salir de la dictadura. La unidad como principio(1) de participación y lucha es vital; para eso fue creado Soy Venezuela, para abrir el espacio de participación necesario en el momento que lo requerimos. Debemos luego de reunirnos de nuevo, designar una nueva dirigencia, que será responsable de definir la estrategia a seguir y ubicar los recursos necesarios para operar... De nuevo, Soy Venezuela y todos sus miembros venimos a llenar esa inmenso vacío.
Esto no requiere de milenios como algunos en su supina ignorancia nos quieren hacer creer... solo requiere que nos pongamos de acuerdo, y luego, debemos encontrarnos de nuevo en la calle.
El quid del asunto está en Organizarnos, para lo que primero debemos reconocernos de nuevo, reunirnos, recontactarnos, conversar. Esto nos lleva a conformar un nuevo conglomerado que nos reúna con el mismo fin... Salir de la dictadura. La unidad como principio(1) de participación y lucha es vital; para eso fue creado Soy Venezuela, para abrir el espacio de participación necesario en el momento que lo requerimos. Debemos luego de reunirnos de nuevo, designar una nueva dirigencia, que será responsable de definir la estrategia a seguir y ubicar los recursos necesarios para operar... De nuevo, Soy Venezuela y todos sus miembros venimos a llenar esa inmenso vacío.
Esto no requiere de milenios como algunos en su supina ignorancia nos quieren hacer creer... solo requiere que nos pongamos de acuerdo, y luego, debemos encontrarnos de nuevo en la calle.
Nuestra lucha es por la Vida.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista No
Violento y
Secretario General
de Alianza Bravo Pueblo Zulia
Siendo las 02:29 am
de un martes 23 de enero de 2018 (1) Unidad como principio es completamente diferente a ese adefesio llamado MUD, que ya feneció... LA MUD ESTA KAPUT!
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