“Al principio creó Dios los cielos y la
tierra. La tierra estaba contusa y vacía, y las tinieblas cubrían la haz del
abismo, pero el espíritu de Dios estaba incubando sobre la superficie de las
aguas.
Dijo Dios: “Haya luz”; y hubo luz. Y vio Dios ser
buena la luz, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las
tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero.” Génesis - Capítulo 1, versículos 1 al 5.
El pasado 24 de
diciembre fue la Navidad más triste que los venezolanos hayamos podido pasar en
toda nuestra historia, una Navidad en tinieblas.
No conforme a la
terrible crisis en lo económico que tiene pasando hambre a millones de
venezolanos, y que ha impedido que la gente pueda siquiera distraerse en estas
fechas tan importantes para nosotros, el régimen del dictador Maduro impuso
mediante excusas y propaganda balurda una supresión del despacho de gasolina en
varios estados del país y se inventaron una crisis de “bolsillo” del sistema
eléctrico nacional que reventó extrañamente el 23 de diciembre y se estima se
extienda hasta ya entrado enero del 2018.
Rumores, cuentos,
historias, a miles hay. La verdad; uno, se robaron la plata del sistema
eléctrico y sus adecuaciones; dos, quieren profundizar el estado de permanente
angustia, para poder mantener controlada a la población en asuntos que los
distraigan de la realidad, y nos obliguen a someternos bien sea por miedo o por
hambre, o ambas.
A la oscuridad se le combate con la Luz.
Fue un 24 de diciembre
a oscuras. La advertencia del 23 inmediato pasado fue desestimada. Muchos, al
no poder cubrir los costos de las celebraciones se habrán acostado al mismo
momento de producirse la falla, otros, al no saber que hacer, terminaron
acostándose sin celebrar. No hubo música ni cohetes, solo silencio.
El Niño Jesús pasó por las tierras de la otrora
bulliciosa y alegre Venezuela y se entristeció al ver una Navidad opaca y
silente.
Para este 31 de
diciembre, los pronósticos propagandísticos de la dictadura son que tendremos
oscuridad como compañía, y así se reflejan en mensajes, notas de prensa y
correos que corren por las redes a la velocidad de la luz.
Ante la amenaza de
la oscuridad y la tristeza imperante en medio de ella, prepárate con alegría;
No dejes que la tiranía te robe tus tradiciones y termine imponiéndote la
tristeza como celebración cotidiana.
Reúnete con tus
vecinos, amigos o familiares, y con lo poco que puedan disponer monten su celebración. Debemos despedir con
bulla y mucha luz a este fatídico año 2017, con la esperanza que los cambios
necesarios habrán de imponerse en el año a venir.
Compra velas, y si
alguien dispone de vehículo, si se va la luz, que enciendan la radio del
vehículo a todo lo que pueda, esperando los doce cañonazos. Prende una vela. Si
no tienes licor, o refrescos, brinda con café o con agua. Baila, grita, goza, impón
tu alegría ante la espesura de la tristeza. ¡Que nadie te quite lo bailao!
Despide con Alegría
este 2017, despídelo como se despide a alguien a quien no quieres volver a ver,
e imagínate que despides a Maduro y a su banda de ladrones y asesinos. Imagina
la alegría que vendrá cuando ellos no estén, y celebra esa alegría despidiendo
el peor año de nuestras vidas.
2018 es el año de
la Esperanza, recíbelo con bulla, luz y alegría.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista No Violento y
Secretario General de Alianza
Bravo Pueblo Zulia
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