Hablando de otras cosas.
Imaginen un mundo sin azúcar, sin tortas (pudines), sin arepas o panes dulces, sin refrescos (gaseosas), sin quesillo (flan de caramelo), sin dulces caseros, sin pollo agridulce... un mundo soso, insípido, amargo.
En esencia el azúcar no hace daño, al menos que seas diabético o abuses de ella.
Hay un mundo que quieren construir en el que desean que nos convenzamos que comer productos con sabor a arena es lo sano, lo bueno; sin sal, sin azúcar, sin sabores fuertes o colores intensos, un mundo sin alma.
El azúcar es energía dulce.
Una cosa es cambiar el azúcar procesada (blanqueada) por azúcar morena o panela, y otra cosa es decir que el azúcar es una droga. Los mismos que dicen que el azúcar es una droga son los que quieren buscar efectos adversos en un café normal, mientras consumen "café descafeinado" del que no tienen ni puta idea de cómo le quitan la cafeína.
Imagínense a un hombre obeso sentado frente a su escritorio con una deliciosa porción de torta Pavlova y una gaseosa con hielo, perteneciente en sus tiempos de juventud a grupos guerrilleros, queriendo legislar acerca del “uso y consumo del azúcar como droga”, mientras es financiado por grupos guerrilleros que producen y comercializan cocaína.
¡En Dios Confío!
Alexander Acosta Guerra
Activista Político venezolano, en el exilio.
Barranquilla, 23 de julio de 2022
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