“La política es algo serio, y
serios deben ser quienes la ejerzan, pues de su desempeño depende el futuro de
muchos”.
Ayer, mientras caminaba en medio de la hediondez que inunda mi ciudad,
pude imaginarme en los tiempos de Luis XVI (creo), a su esposa Maria Antonieta
despilfarrando los recursos de la Nación, mientras su pueblo padecía
calamidades, y me imagine eso quizás porque veo la irresponsabilidad de quienes
nos dirigen, su banalidad evidente y su ceguera.
Hago seguimiento a las redes sociales, leo prensa, diarios digitales y
observo, observo todo. Por ello, luego de tanto tiempo, siento sinceramente
vergüenza por quienes nos dirigen. Su calidad moral y humana es tan deficiente,
que seguramente podrán llegar a sus lujosas mansiones obtenidas con el lucro de
la corrupción y mirar a sus hijos a los ojos, sin sentir remordimiento, culpa o
algo parecido.
Pero más deficiente es la calidad moral de quienes los apoyan.
Entendiendo ello, desde hace algún tiempo, asumí distancia y una postura
crítica frontal, ante la evidente incapacidad de reflexión y corrección de
quienes dirigen la oposición.
Algunos dirán que he emprendido una campaña para dividir o destruir a
la oposición. Nada es menos cierto que eso. Entiendo que para poder vencer a
este régimen es necesaria una oposición fuerte y unida. Pero quienes dirigen
hoy día a la oposición no están en capacidad de poder atender tan grande obra,
pues su calidad moral, imprescindible para poder atender nuestro proyecto de
país, es tan deficiente como la de los que dirigen al régimen.
Es imposible ganarle a este régimen sin entender su naturaleza, su capacidad
corruptora y su predisposición hacia la degradación humana.
QUE DIOS BENDIGA A VENEZUELA.
Alexander Acosta Guerra
8 de noviembre de 2014, siendo las 09:26 pm
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