Las
grandes potencias y los países desarrollados necesitan inmensas cantidades de
recursos naturales baratos para poder sostener la demanda de sus sistemas
económicos.
Con
el nacimiento del comunismo como un antagonista de los sistemas económicos
post-coloniales, y ante la incapacidad para contener o neutralizar su avance,
las potencias y los países desarrollados, imponiendo los intereses económicos
por encima del bienestar de los pueblos dominados por gobiernos comunistas,
decidieron establecer puentes con estos gobiernos, con lo que garantizaron el
acceso a sus inmensos recursos naturales y laborales, a un muy bajo costo para
ellos.
Como
consecuencia de esta nueva “relación económica” entre los representantes del
Capital y los hijos de Marx, la esclavitud, otrora desaparecida por acuerdo,
por presiones y por vocación humanitaria de muchos, regresó ahora repotenciada
y con otro nombre. Ahora los hijos de Marx se dividen en dos, los que
gobiernan, con todos sus privilegios, y los pendejos, los nuevos esclavos.
Así
pues, el “Gran Hermano” de Orwell hoy está presente con mayor o menor fuerza en
países como Rusia, China, Bielorusia, Vietnam, Corea del Norte (donde está presente
en todo), entre algunos. Es importante recordar que todos estos países son
aliados de Venezuela en el nuevo concierto de las naciones, donde las potencias
cantan con alegría y los hijos de Marx de tristeza.
Y
para nuestra consideración, el “Gran Hermano” está abriendo oficinas en
Venezuela, y las negociaciones con el gobierno van muy bien.
Alexander Acosta
Guerra.
22-Ene-2014
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